martes, 3 de junio de 2014

Adoro los matutinos, tan maternales

¡Buenos días!

Pues sí, que cumplen a la perfección su cometido de cuidar de mí cada mañana, así que los adoro con veneración, tratando de corresponderles. Y la primavera, a pocos días de fundirse en un amoroso abrazo con el verano, cuando llegue el solsticio, ya le hace cariñitos, pues subirán hoy las máximas en "los madriles" hasta casi los 30ºC, cuando hace pocos días apenas pasaban de los 20ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Dos madres perfectas" ("Adore"), de Anne Fontaine, y con Naomi Watts, y Robin Wright, guapísimas ambas. Está basada esta película en una novela de Doris Lessing (en realidad en el primer relato de los cuatro que la componen), "Las abuelas" ("The grandmothers: Four short novels", 2003). De esta directora anteriormente había visto otro de sus films, "Cocó, de la rebeldía a la leyenda de Chanel" ("Coco avant Chanel", 2009).

Dos mujeres, amigas íntimas desde la infancia, siempre juntas, tienen cada una un hijo, también amigos desde siempre, y ahora, cuando ellas tienen mediada la cuarentena y ellos son apuestos donceles, se enamoran cada uno de la madre del otro, y mutua correspondencia. Sus matrimonios, por diversos motivos, están rotos y no se niegan a disfrutar del placer de volver a ser queridas, pasando por encima de convencionalismos sociales. Su amistad será puesta a prueba, pero no mermará un ápice, y cuando realmente la cosa se complicará será cuando, años después, las bodas de sus hijos vayan a tener lugar.

Una buena película, de bonita fotografía y espléndida banda sonora, cuya turbulenta historia de partida, quizá algo escabrosa, para algunos, pero no más, ni menos, que la homosexualidad, o los amores de maduritos y jovencitas, u otros temas similares, no relata un incesto (biológico), aunque pudiera parecerlo, pues se le acerca (por los afectos cruzados casi desde la cuna). Se nos muestra la fortaleza de las madres (ya abuelas) en cuanto a las decisiones que toman en sus vidas, a la contra (y a favor) de convencionalismos sociales, con el contrapunto de la fragilidad de sus hijos, zarandeados por los acontecimientos que se les vienen encima y que no saben manejar. Al final, ni el más leve atisbo de moralina. Amén, que cada cual vive su vida como quiere, si es que no le coartan o se autocoarta.

Ahora, como siempre, la sección de sabiduría ajena, que sé que os encanta, y perfecto colofón a estos matutinos:

 - "La madre es nuestra providencia sobre la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo más firme en los años siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los años borrascosos de la juventud".  (Severo Catalina).

 - "Jamás en la vida encontraréis ternura mejor, más profunda, más desinteresada ni verdadera que la de vuestra madre".  (Honoré de Balzac).

 - "A los dieciocho años se adora; a los veinte, se ama; a los treinta, se desea; a los cuarenta, se reflexiona".  (Charles Paul de Kock).

 - "No es perfecta la vida que no se ha vivido con sentimiento durante la juventud, con lucha en la madurez y con reflexión en la vejez".  (Wilfrid S. Blunt).

 - "Es más fácil encontrar un amor apasionado que una amistad perfecta".  (Jean de la Bruyère).

 - "El amor es el deseo irresistible de ser irresistiblemente deseado".  (Robert Lee Frost).

Besos y abrazos,

Don.
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