¡Buenos días!
Imperceptiblemente, otra
mañanita más me cuelo en este mundo matutino, a hurtadillas, tratando de no ser
sentido por si mis hadas y ninfas pudieran estar durmiendo. Vano intento, que
incluso a pesar de su continuo alborozo me detectan casi antes de que vaya a
entrar. Y otro día más de esta primavera que remeda suave verano, con máximas
previstas de en torno a 30ºC en el que algunas nubes tratan de hacer invisible
al sol ... vano intento de nuevo.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "The invisible woman", de Ralph
Fiennes, y con él mismo y Felicity Jones (guapísima), Kristin Scott Thomas, y
Tom Hollander. Es el segundo largo como director, y primero suyo que veo, de
este también famoso actor (en esta faceta sí que he visto muchas de sus
películas).
Una mujer parece
vivir feliz, es maestra, y está casada y con un hijo, sin embargo pasea
frecuentemente por la playa, solitaria y apesadumbrada. No puede olvidar el
amor que la marcó en su muy primera juventud. Recuerda cuando tenía 18 años y
trabajaba como actriz junto a su madre viuda y hermanas, y conoció y se enamoró
de su ídolo literario, Charles Dickens. Él, mucho mayor (45 años) y en pleno
apogeo de su fama, también queda prendado, pero está casado, es padre de diez
hijos, y su matrimonio está en crisis. Sin embargo, y a escondidas de casi
todos, quedando ella sin vida social, pues había que guardar las apariencias,
inician su relación sentimental, que durará 13 años, hasta la muerte del
escritor.
Una buena película, de
impecables fotografía, ambientación y puesta en escena, preciosista, intimista,
pero que sin embargo no consiguió engancharme del todo con esta historia de la
relación de Dickens con la última de sus amantes, contada desde el punto de
vista de ella, y que nos habla de convencionalismos sociales y de la hipócrita
presión que ejercen en las vidas de quienes se dejan dominar por ellos (en el
s.XIX era casi imposible librarse de ello).
Ahora algo de sabiduría
ajena, para tratar de mejor poder ver el alma de los que nos rodean:
- "Sólo se ve bien con el corazón; lo
esencial es invisible para los ojos".
(Antoine de Saint-Exupéry).
- "El verdadero misterio del mundo es lo
visible, no lo invisible". (Óscar
Wilde).
- "Es menos doloroso ver el objeto por el
cual suspiramos en vano, que suspirar vanamente por un objeto
invisible". (George Meredith).
- "No está en mi naturaleza ocultar nada.
No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón". (Charles Dickens).
- "Reflexiona sobre tus bendiciones
presentes, de las que todo hombre posee muchas; no sobre tus pasadas penas, de
las que todos tienen algunas".
(Charles Dickens).
Besos y abrazos,
Don.
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