martes, 29 de enero de 2013

Matutino bestial

¡Buenos días!

No creo que sea por lo de salvaje o brutal, sino más bien por lo de extraordinario, no con respecto a otros matutinos, sino porque rompen mis rutinas cotidianas (aunque ellos mismos ya lo sean), y me lo paso muy bien escribiéndolos. Desde luego, estos últimos días de invierno están en las antípodas de la ferocidad climática, pues han sido, y están siendo, muy compasivos con los frioleros.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Bestias del sur salvaje" ("Beasts of the southern wild"), de Benh Zeitlin, basada en la obra de teatro "Juicy and delicious" de Lucy Alibar, y con Quvenzhané Wallis (deliciosa niña) y Dwight Henry. Es el debut en el largo de este director.

Una niña de seis años, Hushpuppy, muy inteligente, observadora, y madura para su edad, que vive con su amado padre en una cochambrosa chabola en la zona pantanosa del delta del río Misisipi, se las arregla como puede en plena naturaleza, pues su madre hace tiempo que se largó, y su desastroso y desastrado, alocado e irascible padre no para mucho por casa. Cuando una inmensa tormenta eleva el nivel de las aguas y su padre enferma, la niña tomará conciencia de que el orden natural de las cosas está a punto de colapsar, por lo que tratará de recomponer las piezas rotas para que todo vuelva a su cauce.

Extraordinario drama de realismo fantástico, sorprendente y distinto de la mayoría de películas que hayáis visto, de extraña y fascinante belleza, de simbólica poesía visual, y emocionante al final, no apto para todos los paladares pues es algo áspero, aunque con granos de dulzura, en un entorno post-apocalíptico por un cataclismo climático. También puede verse como una fábula sobre enfrentarse al dolor de la pérdida y, en general, a los miedos y reveses de la vida. Una mirada asombrada y desconcertada, a través de los ojos de una niña, que nada sabe y todo lo aprende, sobre el mundo que le rodea, explorando. Si no os importa ver cosas diferentes, os la recomiendo.

Ahora algo de sabiduría ajena, con la que humanizarnos algo más si cabe, pero siempre sin perder ese puntito de instinto salvaje que nos ayuda a sobrevivir incluso en selvas de asfalto, tanto si nos arrasa un huracán como si nos asola cualquier cataclismo emocional:

 - "Las tristezas no se hicieron para las bestias sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado se vuelven bestias".  (Miguel de Cervantes).

 - "Como llegan lejos los rayos de aquella pequeña bujía, así brilla una buena acción en un mundo salvaje".  (William Shakespeare).

 - "Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar".  (Gregorio Marañón).

 - "No perdáis vuestro precioso tiempo ni en llorar el pasado ni tampoco en llorar el porvenir. Vivid vuestras horas, vuestros minutos, porque las alegrías son como las flores que la lluvia marchita y el viento desprende".  (Edmond de Goncourt).

 - "Por mucho que limpien el terreno de la última brizna de hierba, por mucho que se impregne el aire con el humo del carbón y del petróleo, por mucho que corten árboles y desaparezcan todos los animales, siempre habrá primavera".  (León Tolstoi).

Besos y abrazos,

Don.
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