¡Buenos días!
No sé muy bien de qué están hechos estos matutinos, que son inmateriales, pero desde luego tienen la mejor disposición para hacer lo que hacen cada mañana. Por lo demás, el otoño sigue sin atreverse a hacer leña del verano caído, y aunque hoy van a bajar las máximas unos seis grados, hasta los 19ºC de máxima, sigue luciendo el sol y el ambiente es agradable. Las aserradas hojas de los árboles, acacias incluidas, de la caudalosa (en atascados coches) ribera de La Castellana, siguen refulgiendo de ocres y amarillos que cada vez puntean con mayor densidad las copas.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Las acacias", de Pablo Giorgelli, y con Germán de Silva y Hebe Duarte. Es el debut en el largo de este director, que nos presenta una historia mínima, que bien habría podido formar parte de la espléndida "Historias mínimas", el film de 2002 dirigido por Carlos Sorin.
Un huraño camionero argentino, que habitualmente transporta madera de acacia entre Paraguay y Buenos Aires, por orden de su jefe tiene que llevar a una mujer paraguaya, a la que recoge en la frontera, hasta Buenos Aires. Se encuentra con la sorpresa de que viene con un bebé de pocos meses. De mala gana lo hace, y tras un frío encuentro, comparten un largo viaje de grandes silencios, escondiendo sus heridos sentimientos, pero cruzándose cálidas y furtivas miradas.
Una muy buena película, de fina sensibilidad, una road-movie de ritmo sosegado, taciturna, de sutiles gestos que lo dicen todo, mucho más que las escasísimas, parcas y casi monosilábicas conversaciones de los dos personajes, que poco a poco se irán acostumbrando a la convivencia obligada. Una deliciosamente simple (o simplemente deliciosa) historia de amor, en cierto modo emparentada con otra argentina que vi el año pasado, ésta una comedia, "El frasco".
Ahora, algo de sabiduría ajena, que nos ilumine y caliente cual buena leña cuando se nos enfríe el ánimo:
- "Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos". (Rabindranath Tagore).
- "La vieja madera se enciende fácilmente, y más que las verdes ramas, se inflama y brilla". (Pietro Metastasio).
- "¿Por qué, en general, se rehuye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos". (Carlo Dossi).
- "Naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo". (Erich Fromm).
- "El amor crece, crece como los pinos, crece como las palmas. Y desde lo alto de él, se ve más pequeño el mundo". (José Martí).
- "Si vosotros no ardéis de amor, habrá mucha gente que morirá de frío". (François Mauriac).
Besos y abrazos,
Don.
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