martes, 15 de marzo de 2011

Me pregunto cuales fueron los principios matutinos

¡Buenos días!

Pregunta retórica, por supuesto, que me los sé muy bien, y quizás alguno de vosotros los recuerde. Empezaron allá por 1999, a la vera del Arlanzón, con unas breves líneas de correo cibernético en las que saludaba la mañana (a algunos de vosotros), tratando de ensalzar lo bello que nos rodea entre la rutina de cada día: su primer principio fundacional. Poco a poco se fueron integrando las glosas cinéfilas y, con posterioridad, las citas ajenas, hasta conformar lo que son ahora, un valioso e inapreciable instrumento que me hace más llevadero lo que sea ... y espero que algo a vosotros también.

Por lo demás, seguimos de gris lluvia en el final de este invierno, que el principio de la primavera astronómica (y esperemos que climática, cumpliendo íntegramente con sus cánones) será a los pocos minutos de nacer el próximo lunes día 21, a las 00:21.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo el film argentino "Cuestión de principios", basada en un cuento homónimo de Roberto Fontanarrosa, con guión de él mismo y del propio director, Rodrigo Grande, y con Federico Luppi, Pablo Echarri, Norma Aleandro, y María Carámbula.

Un veterano empleado cercano a jubilarse, íntegro, algo trasnochado, y regido por férreos principios éticos, dice a su recién llegado nuevo jefe, un joven "ejecutivo agresivo", ávido coleccionista de los números de una revista antigua, que posee el único ejemplar que le falta para terminar su colección. El jefe trata de comprarselo a cualquier precio, pero él se niega públicamente a darsela o vendersela alegando que tiene un gran valor emocional para él (aparece una foto de su padre junto a un rey) y que no todo en la vida tiene un precio. Se libra a partir de entonces toda una sutil batalla estratégica entre jefe y empleado, lo que le ocasionará un tremendo disgusto con su familia, pues no entienden la postura de él dados los apuros económicos en que viven.

Una estupenda película, todo un cuento moral en el que los principios éticos (que dicen) de toda la vida libran una dura batalla contra lo material y la superficialidad (que dicen) de este mundo moderno, aunque todo barnizado con el necesario grado de sorna y socarronería que relativiza los maniqueos arquetipos. Para reflexionar un poco ... un mucho, sobre el precio que pagamos, o podríamos pagar, no solo por lo material, más o menos irrelevante, sino por la irreductible defensa de nuestras posturas éticas.

Pues ahora es cuestión de leer unas citas de sabiduría ajena, que seguro podremos integrar en nuestro acervo moral:

- "Alcanzarás buena reputación esforzándote en ser lo que quieres parecer". (Sócrates).

- "El dinero y no la moral es el principio y el final de las naciones fuertes". (Thomas Jefferson).

- "La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no vaya acompañada de una pérdida". (Arturo Graf).

- "Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos". (Alfred Adler).

- "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". (Groucho Marx).

- "La sabiduría de la vejez es esa: saber renunciar a las victorias inmediatas a cambio de conquistas duraderas". (Paulo Coelho).

Besos y abrazos,

Don.
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