martes, 12 de enero de 2010

Un matutino formal

¡Buenos días!

Las formalidades, desde el principio, saludando, como Dios manda. Después seguiré rigurosamente con la estructura matutina: un poco de meteorología, algo más de cinefilia, y rematando con sabiduría ajena y la educada despedida. Espero no desviarme de ello. Pues bien, el invierno hoy ha aflojado sus rigores y se nos ha vuelto menos formal, pues ha subido la temperatura gracias al frente de lluvias del sudoeste que nos barre y anega, además de diluir la nieve acumulada tras pasados días. Ya estamos bastantes grados sobre cero, unos 4ºC este mediodía, sin sensación de destemplanza (por comparación con la peor situación climática de donde venimos). Además, está lloviendo a mares. Esto, junto con el ligero deshielo, hace que el río Arlanzón baje con turbulenta fuerza, a no mucho de empezar a desbordarse por su ribera.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un tipo serio" ("A serious man"), de Joel y Ethan Coen, y con Michael Stuhlbarg. De estos hermanos, he visto hasta ahora todas sus películas, que son muy buenas, y algunas de ellas excelentísimas, comenzando por su primer film, de 1984, "Sangre fácil" ("Blood simple"), cuyo matutino podéis ver pinchando aquí. En casi todas sus películas los Coen nos muestran a desgraciados que no cesan de sufrir percances, quienes en su simpleza son incapaces de comprender que les está pasando. En esta, sin la sangrienta violencia que solía haber en las anteriores, los habituales descerebrados protagonistas que decoran sus historias son cambiados en "Un tipo serio" por un racional profesor de física, ... que tampoco entiende nada.

Años 60, en una comunidad judía en un pueblo del medio oeste norteamericano, un profesor universitario de física, un tipo serio y formal, parece tener una vida tranquila, casado y con dos hijos, pero todo se le empieza a complicar; comenzando porque su mujer decide abandonarle por uno de sus amigos; sus hijos son inmanejables y no le hacen caso; su hermano, un lunático sin oficio ni beneficio, se instala en su casa; y un alumno le acosa. A esto se le van añadiendo más y más desgracias y todo comienza a derrumbarse a su alrededor.

Es una incisiva comedia negra, sobre la angustia vital, parodia de la comunidad judia, de la que los Coen son parte (este film tiene toques autobiográficos), y de su religiosidad (también extensible a otras religiosidades), con el peculiar y finísimo sentido del humor de estos hermanos (por ejemplo, al final de los títulos de crédito se lee, tras lo de los animales, que "ningún judío sufrió daños durante el rodaje del film").

En ella, nuestro personaje, formal, cabal y racional, que explica a sus alumnos el desarrollo matemático del principio de incertidumbre de Heisenberg, debido a sus problemas, empieza a tomar conciencia de que nada tiene sentido y de que necesita ayuda espiritual debido a sus abismos existenciales. Visita a un rabino tras otro, hasta tres, a cada cual de más edad y supuesta experiencia, para tratar de encontrar una explicación a sus desgracias, pero no le ayudan, porque no saben nada, como todos nosotros, como esos curas católicos que pontifican sobre hijos cuando ellos apenas saben algo de eso porque no los tienen, porque según ese principio que explica a sus alumnos, no hay certezas de nada, pero él no se da cuenta y trata de buscar explicaciones y soluciones a sus problemas, y cuanto más busca, menos sentido tiene todo, como en la paradoja resultante del principio de incertidumbre. Intentad repetid en voz alta muy continuadamente una misma palabra, y veréis como deja de tener sentido alguno.

Debido a ese sentimiento de culpa que inculcan a sus acólitos las religiones (especialmente la judía y sus ramificaciones: cristianismo, catolicismo, islam, ...), nuestro protagonista cree que él tiene la culpa de todas sus desgracias, que qué ha hecho para merecer lo que le sucede ... nada, simplemente la vida es así. Se nos muestra también el paradójico contraste entre la racionalidad científica de este profesor de física y los dogmáticos sofismas religiosos que tiene grabados a fuego en su cerebro, que le impiden analizar correctamente la realidad. Tanto el prólogo, en el que se nos cuenta una fábula hebrea, como la escena final del tornado, son el perfecto resumen de todo el resto de este excelente film, del que parece deducirse que la religión no explica ni puede solucionar la eventual carencia de sentido de nuestras vidas (incluso la puede agravar); y que la formalidad, el ser buenos, no te garantiza el favor de los dioses, además de que, si eres malo, siempre te puedes confesar y volver a ir al cielo.

Ahora, cumpliendo con la formal promesa del inicio, remato con la sabiduría ajena y los respetuosos saludos de despedida:

- "Para que sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado. El arrepentimiento mejor, es sencillamente cambiar". (José Saramago).

- "Lo que llamamos suerte responde siempre a algo: un don personal, una gracia, en el sentido teológico de la palabra y, en resumidas cuentas, también un mérito". (Jacinto Benavente).

- "Culpamos de los infortunios a las maquinaciones de los enemigos o a la perfidia de los amigos; así engañamos a nuestro amor propio para no ver los errores o graves extravíos que nos llevan al abismo, desde cuyo fondo lloramos". (Jaime Balmes).

- "Se necesita de un gran conocimiento para tan solo darse cuenta de la enormidad de la propia ignorancia". (Thomas Sowell).

- "La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia". (A.B. Alcott).

- "Aconseja al ignorante, te tomará por su enemigo". (Proverbio árabe).

- "Solo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder". (Friedrich Nietzsche).

- "Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste". (Séneca).

- "No os toméis la vida demasiado en serio; de todas maneras no saldréis vivos de ésta". (Bernard B. de Fontenelle).

- "El verdadero humor empieza cuando ya no se toma en serio la propia persona". (Hermann Hesse).

- "Hay gente que cree que todo cuanto se hace poniendo cara seria es razonable". (Georg Ch. Lichtenberg).

- "Si sabes que nada puedes hacer contra tu destino, ¿por qué te produce ansiedad la incertidumbre del mañana? Si no eres tonto, goza del momento presente". (Omar Khayyam).

- "Se mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar". (Immanuel Kant).

Besos y abrazos,

Don.
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