jueves, 18 de septiembre de 2008

Hace mucho que escribo matutinos

¡Buenos días!

Hace unos nueve años, más o menos; tanto que casi ya ni recuerdo cuando fue exactamente, por los finales del pasado siglo; tanto que ya casi parecen, y de hecho ya lo son, una parte intrínseca de mí. La mañana, soleada y con finos velos nubosos que tamizan con suavidad. Agradabilísimas temperaturas para transitar con dulzura hacia el otoño de calendario que nos recibirá a la vuelta del fin de semana, el lunes 22, cuando comience su otoñada de cada día el carro de fuego mientras se va tendiendo sobre el horizonte.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Hace mucho que te quiero" ("Il y a longtemps que je t'aime"), de Phillippe Claudel, y con Kristin Scott Thomas y Elsa Zylberstein. Una historia sobre la relación entre dos hermanas, tras salir de la cárcel la hermana mayor, en la que estuvo durante 15 años, aislada y repudiada por su familia. Durante su libertad condicional es acogida por la hermana pequeña, casada y con dos niñas adoptadas. Taciturna, apesadumbrada, retraída ante el mundo, la hermana mayor trata de superar el trance lenta y dificultosamente, lidiando con la asunción del pasado (ella y también sus allegados).

Una muy buena película que os recomiendo, a pesar de algún que otro deshilachado fleco argumental, que está estupendamente narrada, con gestos más que con palabras; y en la que el misterio del qué hizo y porqué lo hizo se va dosificando con buen criterio, poco a poco, a lo largo del relato, aunque hacia la mitad ya se sospecha.

Ahora, un poquito de sabiduría ajena, que siempre ayuda a pasar algún que otro trance vital:

- "Es bastante más difícil describir que opinar. Infinitamente más. En vista de lo cual, todo el mundo opina". (Josep Pla).

- "Ayuda a tus semejantes a llevar su carga, pero no a levantarla". (Pitágoras de Samos).

- "Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, solo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas". (Pablo Neruda).

Besos y abrazos,

Don.
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