jueves, 1 de junio de 2017

Voluntariosa paternidad matutina

¡Buenos días!

Pocas normas impongo a estos matutinos, total, si tampoco me van a hacer excesivo caso, cual díscolos vástagos de mis entendederas que son. Es más, los primeros me nacieron a la vera de las silvestres márgenes del Arlanzón, y eso parece condicionarles lo suyo, que se me asilvestran con facilidad. Por lo demás, la díscola y voluble primavera, que siempre va a su albedrío, nos sigue otra vez calentando con sus travesuras, con máxima prevista para hoy de 30ºC, otra vez coqueteando con el verano. Así no hay forma de meterla en vereda, ni ganas que tengo yo de ponerle puertas al campo.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Wilson", de Craig Johnson, basado en el cómic homónimo de Daniel Cloves (también guionista del film), y con Woody Harrelson, Laura Dern, Isabelle Amara, Judy Greer, Cheryl Hines, y Margo Martindale. Es el tercer largo de este director, y segundo suyo que veo tras su anterior, "The skeleton twins" (2014).

Tras la muerte de su padre, Wilson, un cuarentón solitario, misántropo, excéntrico, políticamente incorrecto, que no encaja en los convencionalismos sociales y que molesta por donde pasa debido a su sinceridad sin filtros que nadie quiere oír, toma la decisión de recuperar a su ex novia de adolescencia y primera juventud, que le abandonó y abortó el bebé que iban a tener. Investiga sobre su paradero y se presenta ante ella, quien le dice que en realidad dio el bebé en adopción. De repente siente una imperiosa necesidad de manifestar su paternidad y convence a su ex para ir ambos a conocer a su adolescente hija natural.

Traviesa comedia que no me dijo ni hizo reír gran cosa (nota: 5), quizá en unos pocos momentos sueltos, plenos de acidez, perdidos en la inmensidad de su medianía, sobre este inadaptado social que camina a trompicones por la vida y que acaba por madurar y encontrarse a sí mismo, encajando y superando los sinsabores que la vida no para de darle.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que no me son propias, obviamente, y con las que a lo mejor salimos del adocenamiento:

 - "Adonde hay voluntad, mejor es entrarse que llamar".  (Refrán).

 - "Es un dichoso infortunio el no tener hijos".  (Eurípides).

Besos y abrazos,

Don.
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