¡Buenos
días!
Tras
habernos enfrentado a las tormentas de este fin de semana, y dejarnos empapar
por ellas, el ardor casi veraniego de pasados días, revolucionario y fuera de estación,
parece haberse refrescado bastante y para hoy tendremos tan solo unos 25ºC de
máxima prevista por los madriles; así que espero, como suelo, ponerme cara a
cara ante este nuevo matutino y lidiar pacientemente con él para tratar ambos
de dar lo mejor de nosotros con independencia de nuestras pequeñas diferencias
y de lo revoltosos que a veces se me puedan poner.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "Clash"
("Eshtebak"), de Mohamed Diab, y con un montón de desconocidos
actores para mí, que es un film coral, y el segundo largo y primero que veo de
este director y guionista egipcio.
En
el verano de 2013, dos años después de la revolución egipcia (parte de otras de
la Primavera Árabe que comenzó en Túnez), que derrocó al dictador que durante
30 años gobernó Egipto, y que llevó al poder a un partido islamista, a su vez
derrocado por el ejército en un golpe de estado, se producen continuas
manifestaciones y violentos enfrentamientos entre partidarios del ejército y de
los islamistas en las calles de El Cairo. En medio del caos, en un furgón
policial acaban detenidos un par de periodistas, un grupo de partidarios del
ejército confundidos con simpatizantes islamistas, y otros tantos que
verdaderamente lo son, así como otros pocos pillados en medio de ambos bandos y
que no son ni de unos ni de otros. En tan reducido espacio enseguida se desatan
los enfrentamientos pero, ¿serán capaces de superar sus discrepancias para
tratar de salir indemnes todos de esa angustiosa situación?
Una
estupenda película que os recomiendo (nota: 8), de intenso ritmo,
con ramalazos de violencia, que te mantiene siempre en agobiante tensión en su
mínimo espacio escénico atestado de personas apretujadas, y del que solo se ve
lo que sucede en el turbulento exterior a través de los pequeños ventanucos
enrejados del furgón. En esta concentrada condensación de toda la sociedad
egipcia en el minúsculo habitáculo, tanto prisión como al final cápsula
protectora del caótico entorno de afuera, se oscila de la confrontación a
intentos de reconciliación (y viceversa), por encima de las diferencias y
buscando puntos de encuentro, por pura supervivencia y poder salir todos vivos
de ahí.
Desolador
y muy desesperanzado final que nos deja con el regusto de que nada puede
hacerse ante violentas hordas de descerebrados y enfurecidos fanáticos, sean
del bando que sean, cuando el enconamiento pasa de ciertos límites, y que
además ven a neutrales observadores, como periodistas o gente que no va ni con
unos ni con otros como sospechosos enemigos. También deja la constatación del
fracaso reformador de la revolución egipcia, saliendo su pueblo de Málaga para
llegar a Malagón, es decir, pasar de una dictadura laica a otra religiosa y
viceversa con incremento del enconamiento partidario y autodestrucción colectiva
de toda una sociedad absolutamente polarizada.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena que tal vez nos zarandee, nos haga reflexionar y
nos ayude a reconciliarnos con el mundo:
- "Quien no es dueño de sus pensamientos
no es dueño de sus actos". (Víctor
Hugo).
- "Quien ha perdido la esperanza ha
perdido también el miedo; tal es el significado de la palabra
desesperado". (Arthur
Schopenhauer).
- "Sé cortés con todos, sociable con
muchos, familiar con pocos, amigo con uno, y enemigo con ninguno". (Benjamín Franklin).
- "La reconciliación es más bella que la
victoria". (Violeta Chamorro).
Besos
y abrazos,
Don.
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