¡Buenos días!
Estos matutinos abiertos de
par en par a todo aquel que quiera venir a ellos hacen lo que tienen que hacer,
lo que consideran lo más importante, sin importarles lo demás, aceptando
naturalmente las consecuencias de sus bondadosos actos, como darme acogida y
cuidarme cada mañana. Y como también hace este verano, dándonos calor sin
mesura, que hoy volveremos a rondar los 35ºC de máxima por los madriles.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo otra espléndida película, que también os recomiendo, como la que
vi antes de ayer. Se trató de "Locke", de Steven
Knight, y con Tom Hardy. Es el segundo largo, y primero suyo que veo, de este
director, y también guionista.
Ivan Locke, muy eficaz y
responsable capataz de obra, está terminando su jornada laboral, ya de noche,
en la víspera del mayor desafío de su vida laboral, cuando recibe una
inesperada llamada telefónica que trastocará toda su vida, la personal, la
familiar, y la laboral. Tomará su lujoso coche, dejando todo lo demás a un
lado, para llegar cuanto antes (en poco menos de hora y media, lo que también
dura el propio film) al destino que se ha marcado como obligación personal, por
encima de cualquier otra consideración, aceptando serenamente las consecuencias
de sus actos, y mientras trata de arreglar los flecos que ha dejado atrás a
través de continuas y sosegadas conversaciones telefónicas con unos y otros a
través del manos libres de su coche.
Como ya dije, extraordinaria
y muy recomendable película de fascinante fotografía nocturna, que se
desarrolla en tiempo real (los 85 minutos del film) y con un único actor
presente, y las voces en off del resto. Apasionante e intenso
thriller que se desarrolla
únicamente en el interior de un vehículo, con mucho suspense, y que te atrapa
tan sólo a base de las muy comedidas, calmadas y reflexivas conversaciones
telefónicas de nuestro protagonista, y que van desvelando lo que sucede. Él
trata de ser honesto consigo mismo por encima de todo, hablando claramente a
los demás, y enfrentándose con serena entereza a los errores cometidos.
Ahora algo de sabiduría
ajena para ayudarnos a abrir nuestras mentes y a hacer lo que consideremos
necesario hacer, que bien podría haber comenzado con la cita de Jane Austen del
matutino de ayer, y que sigue con éstas:
- "Cada uno es ortodoxo con respecto a sí
mismo". (John Locke).
- "La integridad del hombre se mide por su
conducta, no por sus profesiones".
(Juvenal).
- "Sólo el hombre íntegro es capaz de
confesar sus faltas y de reconocer sus errores". (Benjamín Franklin).
- "El mejor regalo que podemos darle a
otra persona es nuestra atención íntegra".
(Richard Moss).
- "Los hombres olvidan siempre que la
felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las
circunstancias". (John Locke).
Besos y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario