¡Buenos días!
Sin embargo trato de que así
sean, perfectos santos de mi devoción, y aunque no lo consigan, al menos son
buenos, muy buenos para mí. Como así lo son también estos dos últimos días de
primavera, más frescos y agradables, soleados, pero siempre sin salirse de los
cánones de esta estación, porque aunque se salga siempre estará dentro de
ellos, porque la ley de la primavera es esa, su continua volubilidad no sujeta
a norma. Y por eso es tan adorable.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "En un lugar sin ley"
("Ain't them bodies saints"), de David Lowery, y con Rooney Mara (tan
estupenda como siempre), Casey Affleck, Ben Foster, y Keith Carradine. Es el
tercer largo de este director, y primero suyo que veo.
Texas, años 70. Una muy
joven pareja de enamorados, fugitivos de la ley, vive feliz y
despreocupadamente, día a día, gracias a los robos que van cometiendo. Un día
ella, que acaba de quedarse embarazada, hiere gravemente a uno de los policías
que les persiguen. Cuando son capturados, él asume la culpa del hecho y va a
prisión. Cuatro años después, incapaz de soportar la separación de su mujer e
hija, a la que no conoce, escapa con el único objetivo de reencontrarse con
ellas.
Una muy buena película, de
bonita fotografía, contemplativa y reflexiva, extasiada (tempo lento, por
tanto), que bebe de las fuentes y atmósferas de Terrence Malick. Es una especie
de western crepuscular, con un triángulo amoroso que contiene una historia de
amor condenado, y que sin subrayados narrativos, con elegancia, nos habla
también de culpabilidad, de responsabilidad de nuestros actos, de las
consecuencias que conllevan (y su asunción) ... y de la bondad que subyace en
todos, incluso en los que infringen la ley.
¡Huy, que casi se me va el
santo al cielo!, ahora toca algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a ser
mejores personas:
- "El que cae en pecado es un hombre; el
que de ello se duele es un santo; el que se vanagloria es un diablo". (Thomas Fuller).
- "Si Satanás pudiera amar, dejaría de
ser malvado". (Santa Teresa de
Jesús).
- "No eres más santo porque te alaben, ni
más vil porque te desprecien. Lo que eres, eso eres". (Tomás de Kempis).
Besos y abrazos,
Don.
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