lunes, 12 de mayo de 2014

Los ojos multicolores de los matutinos

¡Buenos días!

La primavera, con su delirio multicolor cual brillante prisma, ayuda a mis matutinos, siempre con hambre de ver lo que nos rodea, aparte de con vitalidad y optimismo desbordantes, desde diferentes ángulos y con diversos filtros de color, para hacérnoslo multifacético, como tiene que ser, y así también es efectivamente, aunque a veces no queramos verlo. Sigue haciendo sol y calor (máxima prevista para hoy de 27ºC), a la espera del anhelado refrescamiento previsto para mañana (breve paréntesis de un par de días), que ya me hartaba tanta calorina de fuera de estación.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Los ojos amarillos de los cocodrilos" ("Les yeux jaunes des crocodiles"), de Cécile Telerman, y con Julie Depardieu, Emmanuelle Béart, Alice Isaaz, Patrick Bruel, Jacques Weber, y Quim Gutiérrez. Está basada en la novela homónima de Katherine Pancol. Es la tercera película de esta directora, de quien anteriormente había visto su primera, "¿Por qué las mujeres siempre queremos más?" ("Tout pour plaire", 2005).

Una mujer de cuarenta años, una historiadora especializada en el siglo XII, casada y con dos hijas, llena de inseguridades y que se minusvalora (como también hacen con ella su madre y hermana, y otros familiares, quienes no paran de machacarla a la primera oportunidad), echa a su marido de casa, quien ha perdido su empleo, no encuentra trabajo, y la engaña con otra, y termina por encontrar trabajo en el extranjero como capataz de una granja de cocodrilos. Acuciada por las muchas deudas que su ex le ha dejado, debe pluriemplearse para mantener el hogar. Su bella y adinerada hermana, el ojito derecho de su madre, también casada, es una especie de mujer florero consciente de la vacuidad de su aburrida vida. Ésta, una noche de cena con sus amigos, para no ser menos, presume de que está escribiendo una novela ambientada en la Edad Media (s.XII), cuando en realidad es incapaz de hilar dos frases seguidas por escrito. Acorralada por su propia mentira, decide proponer a su hermana que la escriba a cambio de cubrir todas sus deudas, mientras ella figure como autora. Pero la novela obtiene un fulgurante e inesperado éxito, cambiando sus vidas.

Estupenda historia, con gran cantidad de personajes y peripecias, aunque se centra en las dos hermanas y su relación de manipulación y también cierta complicidad, que me dejó un agradable regusto a pesar de la gran cantidad de temas que se desarrollan, a algunos flecos deshilachados (subtramas poco desarrolladas), y a que no sé muy bien qué pintaban los cocodrilos y sus ojos. Este melodrama nos habla de mezquindad familiar, que probablemente hunda sus raíces en una mala educación durante la infancia y de como esta especie de patito feo o Cenicienta moderna (con su madre madrastra y hermana hermanastra) consigue cambiar su modo inseguro de ser (y su vida entera) gracias precisamente a ese ruin modo de proceder de su hermana, cosa que de otro modo, muy probablemente, no hubiera conseguido de no haber sucedido las cosas tal como sucedieron (su libro jamás habría visto la luz si su hermana no la hubiera manipulado); así que, como dice el sabio refrán:

 - "No hay mal que por bien no venga".

Pues tras este refrán, seguimos de sabiduría ajena, con más citas que seguro nos hacen ver la vida de otro modo, y con otros colores, desde luego sin vacuos amarillismos:

 - "En este mundo traidor,
nada es verdad ni mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira".  (Ramón de Campoamor).

 - "Los cocodrilos vierten lágrimas cuando devoran a sus víctimas. He ahí su sabiduría".  (Sir Francis Bacon).

 - "Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego".  (Proverbio árabe).

Besos y abrazos,

Don.
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