¡Buenos días!
Estos matutinos que tanto
placer me dan y que regalo al viento de los bits informáticos con la esperanza
de que algún deleite produzcan por doquiera que pasen, no cesan de hacerme
aprender sobre la vida, reverdeciéndola cada mañana que aparecen ante mí. Sin
embargo continúa haciendo calor (máxima prevista para hoy casi rozando los
30ºC) que parece no agostará lo que toque, pues como todavía no es agosto, que
estamos de florido mayo, lo que hará será rebrotar nuestro infinito entusiasmo
vital.
Ayer estuve en el cine
viendo "Aprendiz de gigoló" ("Fading
gigolo"), de John Turturro, y con él mismo, Woody Allen, Vanessa Paradis,
Liev Schreiber, Sharon Stone y Sofía Vergara. Es el quinto largo, y primero
suyo que veo como director, de este también actor y guionista.
A un veterano neoyorkino que
se ve obligado a cerrar su tienda de libros, quedándose sin recursos
económicos, le cuenta su despampanante dermatóloga que le gustaría hacer un
ménage à trois con su mejor amiga (otro bombón) y alguien más. Así que se le
ocurre proponer a su amigo de toda la vida, más bien feucho pero resultón, un
humilde empleado de una floristería, también con dificultades para llegar a fin
de mes, que se haga gigoló, dada su facilidad de trato con las mujeres, un don
del que no es muy consciente, y que él le representará y buscará clientela por
una buena comisión, para ganar ambos un dinerillo extra que no les vendría nada
mal. Así que se embarcan en el negocio de hacer felices a las mujeres, sea con
sexo a secas, trato amable y delicado, o mera compañía y conversación ... o
todo junto y a la vez. La rigurosamente ortodoxa comunidad judía en la que
viven no verá con buenos ojos sus actividades.
No me gustaba especialmente
la película, pero pasada su mitad la cosa mejoró, debido algún momento que otro
de gracia chisposa y otros más de jocosa mirada crítica a las cosas,
especialmente a la cerril religiosidad, cuajada de obtusas reglas, todo un
sinsentido, que coartan cualquier conato de disfrutar los placeres de esta
vida, que es la única que tenemos (la del más allá, en la que algunos creen, no
es nuestra). A través del catalizador personaje del gigoló casi involuntario e
inconsciente del don que posee y que fascina a unas mujeres, muy carentes de
cariño, pues es tierno, comprensivo y atento con ellas, y las escucha, nos
habla del deseo de todos de conectar con otros, huyendo de la soledad, sea con
sexo, amor o amistad ... y si es con todo a la vez, mejor que mejor.
Ahora, para jamás dejar de
ser aprendices, algo de sabiduría ajena, para que jamás desfallezca la llama
del conocimiento vital:
- "El hombre es un aprendiz: el dolor es
su eterno maestro". (Alfred de
Musset).
- "El sexo es lo más divertido que se
puede hacer sin reír". (Woody
Allen).
- "El sexo sin amor es una experiencia
vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores". (Woody Allen).
- "El amor es la respuesta, pero mientras
usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas". (Woody Allen).
- "¿Por qué no dejo de destrozar mi vida
buscando respuestas que jamás voy a encontrar, y me dedico a disfrutarla
mientras dure?". (Woody Allen).
- "El sentimiento es una flor delicada;
manosearla es marchitarla".
(Mariano José de Larra).
- "El ánimo gozoso hace florida la vida;
el espíritu triste, marchita los sucesos". (Salomón).
Besos y abrazos,
Don.
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