¡Buenos días!
Tras casi una semana de ausencia matutina, vuelvo con otro matutino más, aquí, tan solo, sin nadie que me mime, mirando a través de los ventanales de mi pecera, resguardado del inclemente ventarrón, no viendo sólo a la ribera del Arlanzón, soleadísima y con demasiado frescor eólico, sino también a su consabida fauna de deliciosas hadas y ninfas, que van y vuelven ante mi absorta mirada, disfrutando de lo que me van regalando en su (y en mi) devenir, mientras me acompaña, en cierto modo, este matutino que voy formando a dulces golpes de tecla.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sólo ellos" ("The boys are back"), de Scott Hicks, y con Clive Owen, Emma Booth, y Laura Fraser. Tras la repentina muerte de su segunda esposa, un ajetreado y desastrado periodista debe hacerse cargo de su hijo pequeño. Al poco le aparece por su casa el hijo adolescente de su primer matrimonio. Forman una peculiar familia, regida por cierto caos y pocas (y esenciales) normas de convivencia, no demasiado bien vistas por su familia cercana, aunque siempre tratan (junto con algunos amigos) de ayudarle en el trance.
Una historia sobre superar el sufrimiento por la pérdida a base de empeñarse en vivir la vida, vivirla sobre la marcha, tratando de disfrutar lo más que se pueda. Una buena y bonita película, agradable de ver, con algún que otro altibajo y, consecuentemente, algunos muy buenos momentos.
Ahora, unas frases de sabiduría ajena, que seguro nos acompañarán más allá de estas líneas:
- "Le pedí a Dios todo para gozar la vida; él me dio vida para gozarlo todo". (Proverbio chino).
- "No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió". (Gabriel García Márquez).
- "La muerte solamente tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida". (André Malraux).
- "Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar". (Gregorio Marañón).
Besos y abrazos,
Don.
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