jueves, 17 de diciembre de 2009

Ocurrencias matutinas

¡Buenos días!

Pues se le ha ocurrido al canónico invierno seguir por sus fueros aunque todavía no le toque por calendario. De hecho, entre ayer por la tarde y hoy se le ha ocurrido concurrir con un nuevo elemento esencial: una copiosa nevada. Ayer por la tarde, a eso de las 18:00 horas comenzó a nevar. Cuando fui al cine, seguía nevando. Cuando salí, a eso de las 22:00, seguía nevando. Cuando me acosté, seguía nevando, esta vez con mayor intensidad y copos más grandes. Cuando me levanté, seguía nevando. Camino del trabajo, más de lo mismo, me abrigué convenientemente, tomé mis medidas, ... y había unos 15 cm. de nieve acumulada. Cuando el cafetito del mediodía, seguía la nevada, misma temperatura que ayer a la misma hora (0ºC), pero sensación térmica muchísimo más agradable ... ¡cosas de la espesa manta de nieve que se extendía casi hasta el infinito y nos arropaba con calor invernal! ... no sé a dónde vamos a llegar, aunque se me ocurre que como siga aumentando la capa de nieve terminaré por poder rascar la barriga a las nubes, que parecen panza de burra, como dirían (¿o tal vez piarían? ... pío, pío, ¡qué frío!) los afortunados canarios, que seguro estarán estupendamente con sus temperaturas rayanas en lo tropical.

Por tanto, ayer, cuando fui al cine, concurrían conmigo, camino de él, unos lánguidos copos de nieve, que me hacían cosquillas en la nariz al posarse cansinamente. Estuve viendo "Algo pasa en Hollywood" ("What just happened"), de Barry Levinson, y con Robert de Niro. Este cansino retrato de las miserias de Hollywood, sobre las entrañas del negocio cinematográfico y el funcionamiento de los grandes estudios, nos cuenta como un productor de películas vive unos frenéticos días tanto en el aspecto profesional como personal. Tiene una vida personal desastrosa, y profesional al borde casi continuo del caos.

Un retrato, con toques de cínico escarnio, que no me interesó ni me dijo nada debido a su "ombliguismo", sobre directores, guionistas, productores, actores, representantes y espectadores; de sus egos desmedidos y caprichosos, de sus legales politoxicomanías (alcohol y ansiolíticos), de sus ansias de poder, de sus promesas incumplidas, de ... Una de las escasas cuestiones que sí me interesaron, aunque estaba retratada fugaz y someramente, era la crítica al público, a sus gustos, que lleva a la industria a elegir proyectos ramplones para satisfacer el gusto de las masas. Por ejemplo, se nos muestra como en un pase previo con espectadores de una película con ínfulas de ir al festival de Cannes, se decidió retocar el final del film porque al público le horrorizó (y así lo manifestó en la encuesta a la salida de la proyección) el que mataran a un perro, con cierto toque de ensañamiento gore, cuando también se cargaban al protagonista del mismo modo (esto no causaba repulsa) ... ??? ... ¡hipócrita mojigatería total! ...

Ahora, en la habitual concurrencia de elementos matutinos, toca la sabiduría ajena, que tal vez nos ayude a superar lo que nos pueda ocurrir:

- "Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor ... aunque la violencia se practica a plena luz del día". (John Lennon).

- "Recuerda que eres tan bueno como lo mejor que hayas hecho en tu vida". (Billy Wilder).

- "Es menester mucho ingenio para no naufragar en medio de la popularidad". (Remy de Gourmont).

- "Una celebridad es una persona que es conocida de muchas personas a las que se alegra de no conocer". (Henry Louis Mencken).

- "Dichoso es el que no ha conocido nunca el sabor de la fama; tenerla es un purgatorio, perderla es un infierno". (George Bullwer Lytton).

- "La riqueza es como el agua salada: cuanto más se bebe, más sed da; lo mismo ocurre con la gloria". (Arthur Schopenhauer).

- "Todos son idólatras, unos de la estimación, otros del interés, y los más del deleite; la maña está en conocer estos ídolos para motivarles; conociendo de cada uno sus afinidades, es como tener la llave del querer ajeno". (Baltasar Gracián).

Besos y abrazos,

Don.
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