lunes, 13 de julio de 2009

Matutino ceremonioso

¡Buenos días!

Pues eso mismo, sigamos escrupulosamente el ritual matutino, a saber, meteorología primero, cinefilia después, y remate de sabiduría ajena con la protocolaria despedida al final, como siempre. Con solemnidad, y ríos de sol, nos ha recibido la veraniega mañana que hoy tenemos, sin el más leve rastro nuboso, con temperaturas muy altas y sin apenas viento, como debe ser, aunque por aquí no se estile, ni siquiera en verano; aunque, eso sí, bastante antes de despedirse de calendario, el verano de clima seguro que abandona esta ribera, al menos lo más potente de su esplendor, mucho antes que por otros lares allende el sur, donde seguro seguirá con sus formalidades de rigor hasta pasado el equinoccio otoñal (ya sabéis, el veranillo de San Miguel) ... pero no nos abrumemos con lo inevitable, que aún falta bastante ... carpe diem.

Este fin de semana estuve en el cine viendo la película japonesa que sorprendentemente ganó (porque las favoritas eran la excepcional "La clase", mi preferida, y la muy buena "Vals con Bashir", que vi en enero pasado) el Óscar al mejor film de habla no inglesa. Antes que nada decir que "Despedidas" ("Okuribito"), de Yojiro Takita, y con Masahiro Motoki, Tsutomu Yamazaki, Kazuko Yoshiyuki y Kimiko Yo, es una muy, muy buena película que os recomiendo.

Nos cuenta como un violonchelista se queda en paro al disolverse la orquesta en la que trabajaba. Decide regresar a su pueblo, a la casa de su fallecida madre, con la complacencia y compañía de su solícita esposa. Empieza a buscar trabajo para salir de las dificultades económicas y lo que él cree un anuncio laboral de una agencia turística lo es de una funeraria especializada en el ritual budista del amortajamiento de cadáveres. Acude a la entrevista y, a pesar de su rechazo y escrúpulos iniciales, no le queda más remedio que aceptar, dado lo bien que se paga.

Entre el drama y la comedia, con toques de humor negro, por supuesto, con cierto barniz poético, nos muestra el minucioso ritual del amortajamiento budista japonés, como casi todo en esa fascinante cultura cuajada de meticulosas ceremonias, desde un punto de vista desdramatizador de la muerte, como hecho naturalmente inevitable. Nos habla de la vida y de la muerte. Como ya dije, muy, muy buena película en la que me gustaron los estoicos personajes del jefe y la secretaria de la peculiar funeraria, ya de vuelta de todo, y muy especialmente la actriz que encarnaba la esposa del atribulado protagonista por su enorme expresividad sin apenas mover un músculo. En lo negativo, la escena de la cremación de la dueña de los baños públicos del pueblo (pero no la de su previo amortajamiento), que bajó momentáneamente el buen listón que marcaba el resto, y que según mi parecer hubiera eliminado.

Bueno, antes de la despedida, un poquito de sabiduría ajena:

- "¿Por qué nos alegramos en las bodas y nos apenamos en los funerales? Porque no somos la persona involucrada". (Mark Twain).

- "Despacito y buena letra, que le hacer las cosas bien vale más que el hacerlas". (Antonio Machado).

- "No hay que querer estar por encima de las cosas, hay que estar dentro. No hay que querer saber por qué se vive, solo hay que querer vivir". (Charles Ferdinand Ramuz).

- "Nuestro cuerpo es efímero, mas nuestro espíritu no desaparece ni cambia, como el cielo azul tras las nubes". (Chi Nul).

- "Me parece que el secreto de la vida consiste simplemente en aceptarla tal cual es". (San Juan de la Cruz).

Besos y abrazos,

Don.
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