jueves, 27 de marzo de 2025

Matutinas puntadas sin hilo

¡Buenos días!

Llevamos ya unos pocos días en los que la tupida nubosidad se descosió del cielo y luce el sol sin tapujos, abandonado y solo a su suerte en el inmenso firmamento, pero aun así nos regala su tibio calorcito, siempre dándonos puntadas sin hilo, que no tiene intención de hacer lo que hace, que es consustancial a su naturalidad. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 16ºC. Yo, sin embargo, tratando, aunque no siempre lo consiga, de darlas con hilo, me pongo a escribir otro matutino más, intentando no pincharme o, si no puedo evitarlo, de no sangrar, en cuyo caso, ante un eventual desmayo, tendría que abortar esta operación matutina.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La chica de la aguja" ("Pigen med nålen", 2024), de Magnus von Horn, y con Victoria Carmen Sonne, Trine Dyrholm, Besir Zeciri, Joachim Fjelstrup, Tessa Hoder, Ava Knox Martin. Es el tercer largo de este director sueco, de quien había visto su anterior, "Sweat" (2020).

Copenhague, 1918. Una joven cuyo marido ha desaparecido en la I Guerra Mundial y a la que echan de su casa por no poder pagar el alquiler, queda embarazada del patrón de la empresa de confección textil en la que trabaja como operaria de una máquina de coser, quien en principio le promete matrimonio, pero luego se retracta por presión materna, la abandona y la despide del trabajo. Intenta abortar por sus propios medios, a lo bruto, pero fracasa y una mujer mayor que la auxilia se le ofrece como intermediaria para que cuando dé a luz le entregue su hijo, pues ella se encargará de buscarle una familia rica que lo adopte, cosa que hace cuando nace el bebé. Pero al poco vuelve, pues no tiene ni casa ni oficio ni beneficio, y la traficante de bebés la acoge en su casa y la integra en su negocio como nodriza.

Película no muy agradable de ver (nota: 5), no es trago de buen gusto por mucho que se pueda sedar con opiáceos, basada en un caso real, este cuento de hadas (en palabras de su director) de lo más tenebroso, pero con pulcrísima fotografía en blanco y negro que realza lo tétrico y tremebundo de su historia, casi toda impregnada de sordidez y, de cuando en cuando, de truculencia. Como en una novela de Charles Dickens, o de otros de aquella época, se nos muestra un desolador retrato de las míseras condiciones de vida de los más desheredados, todo aderezado hasta el disgusto con varias atrocidades de lo más abyectas y macabras por mor de monstruosos comportamientos, miseria moral contrastada con monstruos (en lo físico) de buen corazón. Todo un muy desesperanzador retrato de diversas miserias humanas, las que se tienen y las que se padecen, pero con una pequeña rendija de esperanza al final de la cinta.

Llegó la sabiduría ajena, pero no os pongáis a buscar citas, cual agujas en un pajar, que ya os hilo y desgrano unas cuantas de entre las que hay por ahí desperdigadas y que mejor creo que se acomodan a lo hoy tratado; estas que ahí os dejo:

 - "El infortunio, el aislamiento, el abandono y la pobreza son campos de batalla que tienen sus héroes".  (Víctor Hugo).

 - "El día que entre los hombres ya no exista ni entusiasmo, ni amor, ni adoración, ni sacrificio, tendremos que hacer un agujero hasta el centro de la Tierra, y meter dentro de él quinientos millones de barriles de pólvora para hacerla explotar como una bomba en el firmamento".  (Alfred de Vigny).

 - "Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación".  (Charles Dickens).

 - "La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo".  (Víctor Hugo).

Besos y abrazos,

Don.

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