jueves, 15 de septiembre de 2011

Los matutinos y sus mujeres

¡Buenos días!

Sí, no serían nada los unos sin las otras; que ellos, amén de la de las películas, necesitan de la inspiración que ellas les inducen, así como de su cariño y apoyo, mientras además se ensueñan con sus hadas y ninfas, delicadamente etérea sublimación de la realidad femenina que les rodea. Por lo demás, este verano que va llegando a su fin de calendario, nos regala solícito todo su calor, cuidando suavemente de nuestro bienestar.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Gianni y sus mujeres" ("Gianni e le donne"), de Gianni di Gregorio, y con él mismo de guionista y actor principal. Es la segunda película de este director, de quien vi hace un par de años su debut en el cine, "Vacaciones de ferragosto" ("Pranzo di ferragosto", 2008), cuyo matutino podéis ver pinchando aquí.

Un sesentón que lleva varios años prejubilado vive humildemente con su mujer e hija, y con el gorrón novio de ésta. Es todo un amo de su casa, siempre bien dispuesto y de buen corazón, y de quien se aprovecha todo el mundo (su familia, su vecina, su posesiva y manirrota madre, ...). Ve pasar la vida sin grandes ilusiones viendo como la vejez le va conquistando. Su mejor amigo, viéndole en tal estado, trata de empujarle a que tenga una aventura amorosa que le saque de su atonía. Empieza a intentarlo, sin demasiado entusiasmo, con amigas de su amigo, con la cuidadora de su madre, con la hija de una amiga de ésta, con su vecina, con un pasado amor de juventud, ... todo acaba en frustraciones que él va asumiendo con estoica resignación, aunque sin renunciar a la pícara imaginación.

Una muy buena película, una comedia agridulce, y con cierto regusto amargo, sobre la asunción de la ancianidad que se nos echa encima, muy divertida, con la que me reí mucho, especialmente con la escena de la erectora pastilla azul, muy ingeniosa y totalmente alejada de tópicos.

Ahora, algo de sabiduría ajena que seguro conquistará nuestro corazón e intelecto:

 - "La vejez pone más arrugas en el espíritu que en la cara".  (Montaigne).

 - "La felicidad o desgracia de la vejez no es, en general, otra cosa que el resultado de la vida pasada".  (Sainte-Beuve).

 - "¿Quieres ser invisible para las mujeres? Sé viejo".  (Goethe).

 - "Triste es llegar a una edad en que todas las mujeres agradan y no es posible agradar a ninguna".  (Armando Palacio Valdés).

 - "Admiro a los hombres que han pasado de los setenta; siempre ofrecen a las mujeres un amor para toda la vida".  (Óscar Wilde).

Besos y abrazos,

Don.
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