jueves, 19 de febrero de 2009

Matutina catarsis lectora

¡Buenos días!

Espero que con estos matutinos alguien, al leerlos (se da por sentado que a mí ya me pasa con el solo hecho de escribirlos), sienta, alguna vez que otra, cierto efecto purificador en su mente. Desde luego, a cada capítulo que leo de esta esplendorosa ribera del Arlanzón, hoy de invierno frío y desapacible, nublado (aunque poco a poco va ganando, y ganará sin duda, el sol radiante), y de cárdenas y ateridas púas arbóreas peinando el inclemente viento, siento sus catárticos efectos, que me dejan un gran poso de bienestar.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "The reader (El lector)", de Stephen Daldry, con Kate Winslet, David Kross y Ralph Fiennes; y basado en una novela de Bernhard Schlink. De este estupendo director he visto todas sus tres películas: ésta de ayer, "Billy Elliot" (2000) y "Las horas" (2002). Las dos anteriores son espléndidas y recomendabilísimas, pero "Las horas", con una fabulosa banda sonora de Philip Glass, me gustó aún más, por su ... por tantas cosas ... ved su matutino más abajo.

Esta historia nos cuenta de modo no lineal la relación entre un joven quinceañero y una mujer que le supera en más de veinte años, cuando se conocen en la Alemania de la posguerra de los años 50, y viven un apasionado y secreto idilio de verano, en el que se aman y él le lee todo tipo de historias. Tras el verano ella desaparece, con sus secretos; y unos años después, cuando él estudia derecho, asiste a un juicio contra el nazismo en el que ella es una de las acusadas por horribles crímenes. Por no desvelar un secreto del que ella se avergüenza (una nimiedad, pero para ella no), y que probablemente la exculparía, recibe la mayor condena de las acusadas. Él, que en ese momento se da cuenta de cual era su secreto, tampoco, por miedo y vergüenza, dice nada.

Una muy buena película, con muy buena banda sonora, sobre amor, culpa y redención, sobre sexo y lectura, sobre amar a alguien con un espantoso pasado, sobre secretos y su expiación mediante el relato, sobre crímenes de guerra cometidos por gente corriente, sobre el enfrentamiento de una generación a los pecados de la anterior, sobre el perdón, sobre justicia y moral. Como se dice en el cartel del film: "¿Hasta dónde llegarías por ocultar un secreto? El poder de perdonar, el poder de amar".

Ahora, toca leer unas citas de sabiduría ajena que tal vez nos produzcan algo de catarsis:

- "El buen libro, de las penas es alivio". (refrán).

- "Me gusta extraviarme a mí mismo a través de otras mentes. Cuando no estoy paseando, estoy leyendo". (Charles Lamb).

- "Más libros, más libres". (Enrique Tierno Galván).

- "Un buen libro es aquél que se abre con expectativas y se cierra con provecho". (Amos Alcott).

... y con una buena película también ...

- "La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil; y el escribir, preciso". (Francis Bacon).

- "Sé justo antes de ser generoso; sé humano antes de ser justo". (Fernán Caballero).

- "Ser bueno es fácil, lo difícil es ser justo". (Víctor Hugo).

- "Nunca el honor se perdió mientras que duró el secreto". (Lope de Vega).

- "El amor cesa de ser un placer cuando deja de ser secreto". (Aphra Behn).

- "Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor: si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor". (Tácito).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino intemporal
(Miércoles, 5 de marzo de 2003)

¡Buenos días!

No sé si estamos en primavera, invierno u otoño, pues parece que estos días tenemos un clima primaveral, con solecito y temperaturas muy, pero que muy agradables; sin embargo, según el calendario, estamos en invierno, aunque ya queda poquísimo para el equinoccio de primavera y su luna llena adyacente. Además, a modo de sincretismo estacional, me siento otoñal, con una extraña melancolía, a medio camino del frenesí primaveral y del adormecimiento invernal. Es como si la cuarta dimensión que dicen que es el tiempo estuviera perturbada por algún extraño mecanismo, ..... tal vez ..... mi psique ..... en definitiva, ... yo mismo.

Ayer volví a ir al cine, y vi una hermosa y estupendísima película, "Las horas" ("The hours"), de Stephen Daldry, y con Nicole Kidman (irreconocible), Julianne Moore, y Meryl Streep. Nos cuenta la historia de tres mujeres en tres épocas distintas: los años 20, los 50, y hoy en día, respectivamente. La primera es la escritora Virginia Woolf, y las otras, mujeres normales que encajan en el mundo de Virginia Woolf. Son tres historias sin aparente conexión, pero perfectamente acompasadas y sutilmente entrelazadas.

Nos habla de la vida y sus avatares, pero solo de unas pocas horas de un solo día de la vida de estas tres mujeres, que es como decir de toda una vida de cualquiera de nosotros mismos. Es muy sutil y compleja, tremendamente inteligente y hermosamente descorazonadora. También nos habla de lo tortuoso del proceso creativo, de la poco clara barrera entre genio, locura y cordura; de la difusa barrera entre realidad y ficción, ... y de tantas otras cosas ... ¡id a verla! ... aunque salgáis meditabundos y algo apesadumbrados del cine, pero como bálsamo siempre os podréis aplicar esta bellísima frase de Federico Fellini:

- "No existe un principio, no existe un final; solamente existe una infinita pasión por la vida". (Federico Fellini).

Y continúo con otra frase de sabiduría ajena, que encaja muy bien con cierta parte del espíritu de esta película:

- "Escribo solo para matar las tardes, por no ponerme a deshacer las maletas, por no arrastrarme por las estaciones, por no andar como el rey de los cobardes, mustio, con un ramito de violetas, en el sepelio de las decepciones". (Joaquín Sabina).

Amén. Besos y abrazos,

Don.
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