viernes, 13 de febrero de 2009

Azarosa fragmentación matutina

¡Buenos días!

Ayer teníamos un día de nubes rotas en medio de toda esta semana de sol sin contemplaciones, como esta misma mañanita, en la que el sol ha terminado de pulverizar hasta el más leve rastro nuboso de ayer. Aún así, sigue haciendo bastante frío, que estamos en invierno todavía (superando con dificultad los 0ºC este mediodía: 2ºC). Tal vez sigan ahí las nubes, pero tan atomizadas que no se ven. Por lo demás, debo confiar en el azar para toparme con mis bien amadas hadas y ninfas ribereñas, entes esquivos donde los haya, por lo que estos encuentros son bastante azarosos, pero no en el segundo sentido de este adjetivo (nefastos, desdichados, ...), que son todo lo contrario, siempre venturosos, dichosos, felices, en definitiva.

Ayer por la tarde estuve viendo el segundo film programado en el ciclo dedicado a Michael Haneke por el Aula de Cine de la Universidad de Burgos. Se trató de "71 fragmentos de una cronología al azar" ("71 fragmente einer chronologie des zufalls", 1994). Muy buena película al más puro estilo que inició, dicen, Robert Altman en 1993 con "Vidas cruzadas" ("Short cuts"), y también al más puro estilo (algo suavizado en su aspereza esta vez) del propio Haneke. Consiste en mostrarnos fragmentadamente varias vidas que terminan por cruzarse en un azaroso momento, por lo aleatorio y fatalmente trágico. Otros excelentes exponentes de este estilo son Paul Thomas Anderson con "Magnolia" (1999); o Alejandro González Iñárritu con "Amores perros" (2000), "21 gramos" (2003), y "Babel" (2006).

De modo casi documental, con un frío y aséptico análisis, sin juicios de valor, se nos presentan estos fragmentos vitales, de vidas grises, rutinarias y anodinas, que terminarán por confluir fatalmente. Esta tragedia final (un joven entra en un banco y dispara a diestro y siniestro a todo bicho viviente), y todo lo anterior, está matizado sobre un fondo de nefastas y terribles noticias de telediario que relativizan lo que se cuenta, y que nuestros protagonistas ven y oyen sin asimilar el tremendo horror que acaece más allá de sus confortables fronteras, angustioso desamparo que luego se enciende ante el incomprensible (aparentemente), aislado y cercano suceso trágico final. Es la condición humana, nos angustian y nos horrorizamos más con relativamente nimios hechos trágicos que nos son cercanos que otros que percibimos como lejanos pero que son infinitamente más intensos en su horror.

Es la física del comportamiento humano, que sigue los mismos principios de la Física: nos produce mayor atracción gravitacional otra persona a nuestro lado que una estrella que está infinitamente más lejos, aunque ésta tenga una masa infinitamente mayor que la persona, pero este infinito es menor que el de la distancia, con lo que, en conjunto, la gravedad es menor. Un frío análisis de la realidad, pero ya sabemos que en el espacio interestelar se rondan asintóticamente los 0 K (cero Kelvin, el cero absoluto, -273'15ºC, lo más frío que se conoce ... conceptualmente).

Ahora, unos fragmentos de sabiduría ajena, puestos con azarosa premeditación:

- "El azar no es más que el efecto conocido de una causa aún por conocer". (Voltaire).

- "Atribuimos a la casualidad nuestras desgracias, jamás nuestra prosperidad". (Charles Régismanset).

- "La felicidad es, fundamentalmente, un sentimiento negativo: la ausencia de dolor. Usar la palabra bienestar en lugar de felicidad, sería más exacto". (Gregorio Marañón).

- "Mientras objetivamente estamos mejor que nunca, subjetivamente nos encontramos profundamente insatisfechos". (José Antonio Marina).

- "Casi todos los hombres de la antigüedad están de acuerdo en que el hombre no puede conocer nada, comprender nada, ni saber nada; que nuestros sentidos son muy limitados, nuestra inteligencia muy débil, y la vida muy corta". (Marco Tulio Cicerón).

- "Los que no han sufrido nunca no saben nada. No conocen ni el bien ni el mal; no conocen a los hombres ni se conocen a sí mismos". (François Fénelon).

- "Es una ley: sufrir para comprender". (Esquilo).

- "Te dices a ti mismo: ¡mira, aquí está el mundo que aparenta ser tan peligroso! Pero no es nada más que un juego de niños. Merece la pena hacer chistes sobre esta amenanza". (Freud).

Besos y abrazos,

Don.
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