martes, 3 de junio de 2025

Matutino a galope tendido

¡Buenos días!

A toda prisa, casi que desbocado, parece querer llegar el verano a nosotros en estos días de terminal primavera de calendario, con los pasados rayando la canícula, aunque hoy parece no haberse encontrado a sí mismo pues ha refrescado significativamente, con los 30ºC de máxima prevista para hoy por los madriles, con sol y algunas nubes. Al que yo sí he encontrado ha sido a este matutino en el que me monto ya mismo, más al trotón ritmo de mi tecleo que al del desenfrenado torrente de ideas que se me pasan por la cabeza, de lo más locas algunas de ellas, y que trato de embridar si es que puedo.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El jockey" (2024), de Luis Ortega, y con Nahuel Pérez Biscayart, Úrsula Corberó, Daniel Giménez Cacho, Mariana Di Girolamo, Daniel Fanego y Osmar Núñez. Es el segundo largo que veo de los de este director argentino, tras su anterior más reciente, "El ángel" (2018).

Un legendario jinete de carreras de caballos, de comportamiento excéntrico y autodestructivo, lo que está comprometiendo su futuro en la profesión, así como la relación con su pareja, también jinete, que espera un hijo suyo y debe decidir si continuar con su embarazo o seguir en la competición. Ambos trabajan para un mafioso obsesionado con el jockey. Tras un fatal accidente en una carrera, ingresa en el hospital y prácticamente le dan por muerto, pero al poco despierta y abandona el lugar, deambulando sin identidad por las calles de la ciudad. La novia trata de encontrarlo antes de que sea demasiado tarde, a la par que el gánster, que lo quiere vivo o muerto.

Película inclasificable, absurda e imprevisible (nota: 4), extravagante y delirante, que me tuvo continuamente situado en el descoloque, apenas me dijo nada, muy seguramente por tanta saturación de simbolismos que no entendí, lo que no fue óbice para que estuviera atento a ella todo el rato, por sus fascinantes imágenes, y algún golpe que otro de humor que me pilló desprevenido, y por eso, quizá, me hizo más gracia. Vamos, mucha forma y poco contenido. Así como su personaje principal no se encuentra a sí mismo, en perpetua búsqueda de su auténtica identidad y apesadumbrado por el sinsentido de la vida, la película no parece encontrar tampoco su razón de ser. Por sus maneras me recordó al cine de Aki Kaurismaki, en concreto a su película "Un hombre sin pasado" ("Mies vailla menneisyyttä", 2002), mucho mejor a mi parecer. También, y de refilón, al estilo del cine de Wes Anderson. Además, sobre todo por las escenas de la báscula, me trajo reminiscencias de una novela que leí hace unos treinta años, "La insoportable levedad del ser" (1984) de Milan Kundera.

Pues antes de descabalgar de esta montura matutina, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena:

 - "Huiremos del descanso, huiremos del sueño, tomaremos a toda velocidad el alba y la primavera y prepararemos días y estaciones a la medida de nuestros sueños".  (Milan Kundera).

 - "La ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se aleje de la tierra, de su ser terreno, que sea real solo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes".  (Milan Kundera).

 - "Ser lo que somos y convertirnos en lo que somos capaces de ser es la única finalidad de la vida".  (Robert Louis Stevenson).

 - "Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos".  (Eduardo Galeano).

Besos y abrazos,

Don.

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