martes, 14 de agosto de 2012

Bravo desafío matutino

¡Buenos días!

Tras el reto superado de pasados días en los que todo hervía por encima de los 40ºC, me vuelvo a reconciliar con el verano, ya menos agobiante y que deja hacer más a mi libre albedrío, liberado de las sudorosas ataduras que le estorbaban en su natural devenir, gracias a las frescas brisas que lo llevan en volandas.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación por ordenador de la Pixar, "Brave (Indomable)" ("Brave"), de Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell. Como de costumbre en la Pixar, estuvo precedida de un corto, otra más de esas pequeñas joyas (que los cortos Pixar me suelen gustar más que sus largos, en general), "La luna" ("La luna"), de Enrico Casarosa.

Desde que empezaron en 1995 con "Toy story", salvo las dos partes de "Cars", en 2006 y 2011, he visto todos los largos Pixar: en 1997 "Bichos", en 1999 "Toy story 2", en 2001 "Monstruos S.A.", en 2003 "Buscando a Nemo", en 2004 "Los increíbles", en 2007 "Ratatouille" (ved su matutino más abajo), en 2008 "Wall-E", en 2009 "Up", y en 2010 "Toy story 3".

"La luna" es un delicioso corto, una maravilla, como todos los de la Pixar que he visto (casi todos). Una fantástica historia de maduración infantil que recuerda a "El principito" de Antoine de Saint-Exupèry y que tiene bastante relación con el largo al que hace de telonero, "Brave", y que ya os paso a glosar.

Una joven princesa de indómita melena pelirroja al viento, arquera de gran destreza, no quiere seguir el camino que le marcan sus padres, y las tradiciones tribales, de casarse con uno de los primogénitos de los jefes de los clanes vecinos, lo que parece va a perturbar la paz del reino. Tras una discusión con su madre, huye al bosque y se encuentra con una bruja, que le facilita un hechizo para cambiar su destino. Pero las cosas no salen como esperaba y tendrá que luchar valientemente para tratar de deshacer el hechizo que ha caído sobre su madre.

Una muy buena película cuya técnica de animación es espectacular, cada vez más perfecta, tanto que ciertos elementos (paisajes, textura de los tejidos, pelos y pelajes, etc.) ya casi parecen reales. Tiene algún esbozo meloso de Disney que la desmerece, pero en general es muy buena, entretenida, y se aprende algo con ella, como lo hace la protagonista. Por ejemplo, que las heridas de las ofensas es difícil repararlas, que las cosas van mejor con inteligencia emocional que con agrias discusiones, y que los padres no deben atosigar a sus hijos imponiéndoles cerriles tradiciones sin justificación en los nuevos tiempos, y aceptar parte de sus modos de concebir el mundo.

Ahora algo de sabiduría ajena para manejar con valentía las bravatas de la vida:

 - "Jóvenes y viejos, todos necesitamos consejo".  (refrán).

 - "El hombre valeroso que lucha como un bravo obtiene siempre, aunque sólo sea de tarde en tarde, algún pequeño triunfo, y ya es bastante para alentarle a proseguir".  (Thomas Carlyle).

 - "El yerro es un hecho bastante común entre los seres humanos; cuando se ha cometido un fallo, el sabio procura reparar el daño que ha realizado y no se mantiene inmutable. La obstinación en el error engendra todo tipo de males".  (Sófocles).

 - "Vuestro tiempo tiene límite, así que no lo perdáis viviendo la vida de otra persona. No os dejéis atrapar por dogmas, no viváis con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitáis que el ruido de las opiniones ajenas silencie vuestra voz interior. Y más importante todavía, tened el valor de seguir vuestro corazón e intuición, porque de alguna manera ya sabéis lo que realmente queréis llegar a ser. Todo lo demás es secundario".  (Steve Jobs).

 - "La juventud no debe sólo asimilar los frutos de la cultura de sus padres, sino que debe elevar la cultura a nuevas cimas, a las que no llegan las gentes de las anteriores generaciones".  (Konstantin Stanislavski).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino culinario
(Viernes, 14 de septiembre de 2007)

¡Buenos días!

Otra mañanita más a la que me enfrento a esta cacerola en forma de blanco folio y en la que echo desde mis caóticas neuronas, de forma más o menos desordenada, los ingredientes que componen los matutinos con el fin de conseguir mezclarlos lo más armónicamente posible para que deje un buen regusto a vuestros afinados paladares. La mañana está gris de nubes, muy gris, con lloviznas, que fueron chaparrones ayer por la tarde (tal y como se presagiaba). La temperatura en su punto justo de ebullición, con lo que se nos ha quedado un guiso meterológico muy bien conjuntado a pesar de los no demasiado agradables ingredientes primarios, que ya se sabe que no hay que dar nada por sentado, que lo que parece poco grato en solitario, bien combinado se puede convertir en una delicia. Que como decía una cita que os envié hace tiempo ... "Un idealista es aquél que, al notar que una rosa huele mejor que una col, concluye que hará mejor sopa" (Henry Louis Mencken) ... y no necesariamente tiene porqué ser así.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Ratatouille", de Brad Bird y Jan Pinkava, película de animación por ordenador, precedida por un desternillante corto titulado "Abducido" ("Lifted") ... ¡buenísimo!, como casi todos los cortos de animación que preceden a los films de la Pixar. La película también fue estupenda y ya se ha convertido, ex-aequo con las dos primeras partes de "Shrek", en la mejor de animación por ordenador que he visto jamás, con lo que desde ya os la recomiendo encarecidamente. Casi el 90% del aforo del cine eran niños, de donde deduzco que había papás y mamás canguro, quienes en sus marsupios llevaban, amén de hijos, a sobrinos, vecinos y demás revoltosa fauna ... ¡vaya cruz! ..., que las familias de hoy en día no se componen de una media de 7 u 8 hijos.

Historia de una humilde rata, gourmet, gourmand y sibarita donde los haya y con deseos de convertirse en afamado chef de cocina, lo que consigue de modo accidental, al terminar ayudando a un patoso aprendiz de cocina humano. Impecable factura técnica, con una perfección en la animación tal, que por momentos no parecía animación sino la misma realidad. La película, además, entretenidísima, divertida y nada cursi, aunque tuvo algún ligerísimo exceso de azúcar, puntual y perfectamente soportable, aunque a galaxias de distancia de los films Disney (aunque Pixar pertenece a Disney), no aptos en general para diabéticos, lo que es natural dado que su público objetivo son los niños, golosos por antonomasia. Incluye también unas cuantas perlas de sabiduría, de la buena, como el que echa con mesura y buen gusto las especias al mejor plato. Entre ellas, una crítica a los críticos ególatras y de estrechas miras, sean culinarios, de cine, musicales, etc. Fabuloso el siniestro personaje del amargado crítico culinario Anton Ego. En definitiva, fabulosa y, vuelvo a insistir, os la recomiendo encarecidamente.

Ahora, a modo de necesario aderezo vital, para realzar su ya de por sí su buen sabor, una pizca de sabiduría ajena:

 - "La raíz escondida no pide premio alguno por llenar de frutos las ramas".  (Rabindranath Tagore).

 - "No importa que el arma con el que se acomete a otro sea el acero o la pluma, mientras tenga la misma intención, pues a menudo se hiere más con la palabra o el escrito que con la espada; ésta traspasa el cuerpo; aquélla el alma".  (Luis Vives).

 - "Antes de juzgar a una persona, camina tres lunas con sus mocasines".  (Proverbio indio).

 - "Solo se tiran piedras contra el árbol que da frutos".  (Proverbio indio).

 - "Los espíritus mediocres condenan generalmente todo aquello que no está a su alcance".  (La Rochefoucauld).

 - "Aprobarlo todo suele ser ignorancia; reprobarlo todo, malicia".  (Baltasar Gracián).

 - "La perfecta hora de comer es, para el rico, cuando tiene ganas; y para el pobre, cuando tiene qué".  (Luis Vélez de Guevara).

Nutritivos besos y abrazos,

Don.
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