lunes, 10 de agosto de 2020

La niña bonita matutina

¡Buenos días!

Y la niña de mis ojos también, que cada uno de estos matutinos lo es, que bien sabéis del cariño y aprecio que les tengo, exultantes de juventud, divino tesoro, con sus veinte y poco más de años que ya me tienen. Y como siempre tan indómitos, tanto que a veces me cuesta encauzarlos por donde quiero, pero les voy dejando a su libre y retozón albedrío, que es lo que les toca. Y por lo que al clima se refiere, sueño con el frescor, evaporado en estos días caniculares de verano sudoroso y aplatanado y que me obligan casi que a encerrarme en cualquier cubil donde haya aire acondicionado. Ya me liberaré cuando el estío vaya decayendo.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Papicha, sueños de libertad" ("Papicha", 2019), de Mounia Meddour, y con Lyna Khoudri, Shirine Boutella, Amira Hilda Douaouda, y Zahra Manel Doumandji. Es el primer largo de esta directora y guionista de origen argelino.

Argel, durante los años 90, cuando la guerra civil contra los islamistas radicales y los asesinatos y atentados de estos van en aumento y tratan de retrotraer la sociedad de su modo de vida moderno. Una estudiante universitaria de 18 años, de espíritu rebelde, se niega a que estos acontecimientos le impidan desarrollar su sueño de convertirse en diseñadora de ropa, así que con sus amigas y compañeras de clase prepara un desfile de moda en la universidad, a la par que disfruta de su juventud y va vendiendo sus modelos, a escondidas, a las jóvenes que acuden por las noches a una discoteca.

Una buena película (nota: 6), que vi con interés, cuya historia, que contiene referencias autobiográficas de su directora, nos muestra a una papicha (joven guapa y desinhibida) que desafía, no sin momentos de rabiosa impotencia, las normas que quieren imponer los integristas, y que lucha con brío juvenil por su libertad, por hacer de su capa un sayo, incluso con aguja e hilo en ristre, no admitiendo, hasta donde sus fuerzas se lo permiten, que le impongan con violencia ideas retrógradas, siempre con el apoyo, pleno de sororidad, de sus allegadas.

Ahora una cita de sabiduría ajena, que encaja, con o sin encajes, a la perfección con lo narrado en la película hoy glosada, y que a lo mejor nos aleja de ser unos niños bonitos (presumidos e insustanciales) a buena parte del género masculino (la mitad del género humano):

 - "La sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano".  (Concepción Arenal).

Besos y abrazos,

Don.

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