¡Buenos
días!
Pudiera
parecer que este matutino estuviera todo amurallado de torreones desde los que
atisbar todo lo que me rodea y que además pudieran aportarle cierto grado de
sostén para que no desparrame en demasía, pero no; quizá que el sol inclemente
de este tórrido verano nos haya terminado por abrasar y dejar la piel
renegrida, pero tampoco, que hoy la máxima prevista será de 26ºC, y con lluvia,
amén de muchas nubes que oscurecen la luz. Así que no sé ya muy bien en que
mundo me encuentro... seguiré adelante hasta averiguarlo, acumulando sabiduría.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La torre oscura"
("The dark tower"), de Nicolaj Arcel, basada en la saga de libros
homónima de Stephen King, y con Tom Taylor, Idris Elba, y Matthew McConaughey.
Es el quinto largo de este director danés, y segundo que veo tras su anterior,
"Un asunto real" ("En kongelig affære", 2012).
Un
chaval de Nueva York sueña con extraños personajes de otros mundos, que a veces
cree ver en este. Sus padres no le ven equilibrado y quieren que vaya a un
sanatorio mental a que le hagan unas pruebas. Huyendo de tal posibilidad
encuentra una puerta interdimensional que le lleva a un universo paralelo, a
otra Tierra en la que habitan los personajes con los que soñaba, y donde una
especie de paladín, el último de los de su estirpe, lucha por evitar el caos
impidiendo que unos seres malvados derriben la torre oscura, que aporta
equilibrio a todos los universos paralelos posibles. A la par que el muchacho
va tomando conciencia de sus poderes psíquicos, y para ayudarle en su misión,
se unirá al héroe, algo obnubilado por su sed de venganza contra el líder de
los malos malísimos, un poderoso mago.
Una
película regularcilla (nota: 4), palomitera, tal vez
del gusto adolescente, bien hecha técnicamente, pero cuya historia me pareció
ramploncilla y chirriante, y dado que procede de una saga literaria (nada
original), amenaza con convertirse también en saga cinematográfica (¡horror!),
que combina fantasía, algo de terror, muy suave, y spaghetti western, haciendo
todo un mal popurrí de otras sagas similares y demás films del género, buenos y
malos.
Ahora
algo de sabiduría ajena, atalaya desde la que mejor vislumbrar lo que nos
circunda:
- "Sé firme como una torre, cuya cúspide
no se doblega jamás al embate de los tiempos". (Dante Alighieri).
- "Un alma se mide por la dimensión de su
deseo, del mismo modo que se juzga de antemano a una catedral por la altura de
sus torres". (Gustave Flaubert).
Besos
y abrazos,
Don.
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