miércoles, 10 de febrero de 2010

Camino a la supervivencia matutina

¡Buenos días!

Estos matutinos, en los que suelo plasmar, en cierto modo, mis intrínsecas vivencias, siempre con el tamiz cinéfilo de por medio, espero que me sobrevivan a todos los futuros avatares por llegar, siguiendo su natural camino. Aunque tranquilo estoy, pues si lo han hecho hasta ahora, estoy convencido que lo harán, contra viento y marea, inasequibles al desaliento, sin rendirse (recordad el poema de Mario Benedetti que os puse ayer). Vuelco en ellos todo mi conocimiento y sabiduría, que me es devuelto con creces, en forma de bienestar anímico. Por lo demás, la ribera permanece, casi imperturbable, cambiando lo justo y necesario, con dulce y sabia flexibilidad, ante los vaivenes climáticos. Hoy, nubes y muy escasos claros, y más frío (unos 3ºC al mediodía), obviamente, que en pasados días de lluvias.

Ayer estuve en el cine viendo "The road (La carretera)", de John Hillcoat, con Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee, y basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, ganadora del Pulitzer del 2007. Hace un par de años vi otra película basada en un relato de este escritor, "No es país para viejos", con la que Javier Bardem ganó el Óscar al mejor secundario, y cuyo matutino podéis ver aquí.

En un mundo post-apocalíptico arrasado por un misterioso cataclismo, un padre y su hijo, nacido justo al inicio del desastre, viajan hacia la costa tratando de buscar un lugar seguro mientras subsisten con lo que van encontrando por el camino. Durante su travesía se toparán con otros seres humanos que aún quedan, muy pocos, la mayoría de los cuales se han vuelto caníbales.

Con mucho suspense y tensión, esta historia de un padre que protege a su hijo en un mundo devastado reflexiona sobre si es moralmente lícito sobrevivir a toda costa. Además nos habla de las enseñanzas que va transmitiendo el padre, único referente, a su hijo, y de su grado de aceptación por éste, así como de la tímida rebeldía ante algunas de las enseñanzas paternas. En general no me gustó gran cosa, principalmente por el irritante, bastantes veces, personaje del niño; y por el final de la historia, con ligero toque sensiblero y sentimentaloide, que parece romper con el espíritu de lo anterior, leve sensiblería de la que intuyo carece la novela original, y que supongo tiene un toque más nihilista y pesimista hasta el final.

En ese sentido os recomiendo una obra maestra, por lo que a mí respecta, "El tiempo del lobo", cuyo matutino, entre otros, podéis ver aquí, y que citaba el mes pasado en el matutino dedicado a la última película de su director, Michael Haneke, "La cinta blanca" (su matutino acá).

Ahora, como ayuda en nuestro vivir de cada día, nada como un poquito de sabiduría ajena:

- "La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir". (Gabriel García Márquez).

- "Si queréis medrar en el mundo, matad a vuestra conciencia". (Mirabeau).

- "Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos". (Alfred Adler).

- "Solamente podemos aspirar a dejar dos legados duraderos a nuestros hijos: uno, raíces; el otro, alas". (William H. Carter).

- "Sus hijos no son sus hijos (...) Pueden darles su amor, mas no sus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos (...) Pueden esforzarse por ser como ellos, mas no intenten hacerlos como ustedes, porque la vida no marcha hacia atrás ni se detiene en el ayer". (Khalil Gibrán).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: