jueves, 25 de febrero de 2010

Un matutino olímpicamente divino ... o casi ...

¡Buenos días!

Esta ribera del Arlanzón, que durante estos últimos días pasa olímpicamente de mostrarnos el más leve rayo de sol, como si se afanara en robárnoslos, siempre se me aparece divinamente maravillosa, con toda su pléyade de preciosas y celestiales hadas y ninfas pululando por doquier, alegrando la vida del absorto y empapado paseante, llevado en volandas por las fortísimas rachas de viento de estos días. Además no cesa de llover. Creo que me empieza a crecer musgo, como a las estatuas, tal vez petrificadas por la mirada de Medusa. Tendré que luchar por no enmohecerme, mirando donde debo mirar ... siempre adelante ...

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Percy Jackson y el ladrón del rayo" ("Percy Jackson & the olympians: the lightning thief"), de Chris Columbus, y con Logan Lerman, Brandon T. Jackson, Alexandra Daddario, Pierce Brosnan, Uma Thurman, Steve Coogan, y Catherine Keener, entre muchos otros. Está basada en el primer libro de una serie de cinco libros de aventuras fantásticas para adolescentes, al estilo de Harry Potter (no he visto ni un film de estos), con lo que esto huele a continuaciones ... ¡lagarto, lagarto! ...

Ambientada en los Estados Unidos de hoy día y con la mitología griega de trasfondo, nos cuenta como un adolescente, Percy Jackson, remedo de Perseo por similitud fonética de su nombre y por algunas de las cosas que hace durante la historia (cortar la cabeza de Medusa, ...), descubre que en realidad es un semidiós, un hijo de Poseidón ... ¡¡¡ERROR!!!, que Perseo era hijo de Zeus, ... ¡estos gringos de Hollywood y su fidelidad para con la historia, aunque sea mitológica, están siempre igual! ... y la cosa no queda ahí, que nuestro remedo de Perseo también vive la aventura de los lotófagos ... ¡qué le sucedió a Odiseo (Ulises)! ... y paro ya, que no tiene sentido seguir por ahí ... todo un batiburrillo.

Resulta que Zeus anda cabreado porque le han robado su más conocido atributo, el poderoso rayo, y todos creen que ha sido Percy, manejado por su padre Poseidón, con el fin de que éste quite el poder a Zeus. Percy se embarca en una fantástica aventura, con un par de escuderos, para devolver a Zeus su rayo robado, demostrar su inocencia, y evitar la guerra entre dioses. Error que cometí yendo a verla, que esperaba otra cosa mejor, aunque tampoco nada del otro mundo, pues me pareció una estupidez sin sentido, digna del averno cinéfilo. En concreto, las escenas del veraniego campo de entrenamiento de semidioses, fueron olímpicamente vomitivas.

Ahora, hagamos los honores a Atenea con algunas citas de sabiduría ajena, rematando con algunas de Benjamín Franklin, el inventor del pararrayos, que nos ayudó a ampararnos de las iras de Zeus:

- "Ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso para el saber". (Disraeli).

- "La mejor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo". (Galileo Galilei).

- "Si la prudencia te acompaña, ningún poder celestial te desamparará". (Juvenal).

- "Un camino de mil millas comienza con un paso". (Benjamín Franklin).

- "Las leyes demasiado benévolas, rara vez son obedecidas. Las leyes demasiado severas, rara vez son ejecutadas". (Benjamín Franklin).

- "La ociosidad se parece a la herrumbre: gasta más pronto que el trabajo". (Benjamín Franklin).

- "Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza". (Benjamín Franklin).

Besos y abrazos,

Don.
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