¡Buenos días!
No basta, de hecho podría no ser ni necesario, con esperar la benevolente inspiración que me infunden mis hadas y ninfas y este otoño exultante para declamar estos matutinos, que hay que ponerse manos a la obra para ejecutarlos, que no se hacen por infusión matutina.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "My father, my lord" ("Hofshat Kaits"), de David Volach, y con Assi Dayan, Sharon Hacohen Bar, y Ilan Grif. Es el primer largometraje de este laico director israelí, procedente de una familia ultraortodoxa hebrea.
En una comunidad ultraortodoxa israelí, el rabino Abraham (esta historia es, de hecho, una recreación del bíblico sacrificio de Abraham) vive con su esposa y su hijo pequeño, a los que apenas dedica tiempo y cariño pues casi todo lo dedica a preparar sus sermones, a leer el libro sagrado (la Torah), y a rezar, todo obsesivamente. Su dócil hijo está empezando a asombrarse con el maravilloso mundo que le rodea, realidad a la que su padre no para de poner cortapisas, filtrándolo todo a través del irracional prisma religioso, mucho más cuando es llevado hasta el radicalismo. Pero el niño es feliz, mucho más desde que su padre le prometió conocer el Mar Muerto en las próximas vacaciones. Allí será puesta a prueba, de un modo extremo, la fe de Abraham, quien jamás antes parecía haberse cuestionado las "verdades" religiosas.
Esta estupenda película, que me encantó, de preciosas música y fotografía, contemplativa, parca en palabras, sobre la obsesiva religiosidad y sus circunstancias, me recordó ligeramente a algunos films de Carl Theodor Dreyer, y a "Luz silenciosa", de Carlos Reygadas, (podéis ver su matutino pinchando aquí), que también bebe de las fuentes de Dreyer.
Ahora, algo de sabiduría ajena, para tratar de dar un poco de sentido a lo incomprensible de la vida:
- "A Dios rogando y con el mazo dando". (refrán).
- "Quería que la película mostrara la perplejidad de las creencias, religiosas o no, esas ideologías que nos superan, y que demuestran su torpeza, su ausencia de autenticidad mental y humana". (David Volach).
- "La religión, en su dureza y su dogmatismo, mata la libertad de la vida y la alegría de vivir". (David Volach).
- "La juventud es el paraíso de la vida, la alegría es la eterna juventud del espíritu". (Albert Einstein).
- "La moralidad viene con la triste sabiduría de la edad, cuando el sentido de la curiosidad ya ha mermado". (Graham Greene).
- "La religión no debería de formar parte de la educación de los niños. Los niños de todo el mundo son obligados a creer en cosas irracionales disfrazadas bajo el nombre de dogmas de fe". (Richard Dawkins).
- "La religión es un insulto a la dignidad humana. Con o sin ella hay buena gente haciendo buenas obras y mala gente haciendo malas obras. Pero para que la gente buena haga cosas malas se necesita la religión". (Steven Weinberg).
- "Mi patria es el mundo, y mi religión hacer el bien". (Thomas Paine).
Besos y abrazos,
Don.
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