¡Buenos días!
Ni rastro de cielo azul en esta mañana que ahora se despierta y despereza con el fluir de las muy grises nubes que destilan lluvia, con tibio ambiente mañanero y una máxima prevista para hoy por los madriles de unos 14ºC... el no va más para mí, en este apoteósico y alucinante otoño al que ya le queda poco. Por lo demás, vuelvo a sentirme en el cielo con este matutino, y cada uno de los otros que ya fueron, lo más de lo más para mí, dejando volar libremente mi imaginación, que revolotea de aquí para allá a su antojo, sin cortapisas, sin seguir camino, haciéndolo mientras pulula a su aire, disfrutando de su natural fluir.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "El sendero azul" ("O último azul", 2025), de Gabriel Mascaro, y con Denise Weinberg, Rodrigo Santoro, Adanilo, y Miriam Socarrás. De este director brasileño había visto dos de sus anteriores películas, "Divino Amor" (2019) y "Vientos de agosto" ("Ventos de agosto", 2014).
En un futuro cercano, las autoridades brasileñas han establecido que las personas mayores, cuando llegan a determinada edad (75 años), deben estar bajo la tutela de sus hijos y poco tiempo después deben ir a una colonia remota para ser cuidados como merecen, dados los enormes servicios prestados a lo largo de su vida, y que así los más jóvenes no se vean lastrados por tener que cuidarles y puedan ser más productivos en aras del bienestar y progreso nacionales. Una mujer recibe un día una notificación gubernamental para trasladarse obligatoriamente a ese lugar, pero se rebela para poder antes cumplir un deseo que ha tenido toda su vida, volar en avión, cosa que ya no puede hacer porque cuando intentó comprar un billete no tenía el permiso de su hija para hacerlo y no se lo permitieron. Así que furtivamente se embarca en una nave que viaja por el Amazonas para llegar al sitio en que podrá volar sin que se enteren ni su hija ni las autoridades.
Película interesante (nota: 5), aunque no me acabó de convencer del todo, esta distopía con toques de realismo mágico un tanto delirante, también road movie, aunque más propiamente debería ser una flow movie, de viajes de alucine, de vuelos no tanto físicos como sí mentales que te llevan más allá de lo que hubieras imaginado, mientras la protagonista se va encontrando con diversas gentes a lo largo de su pequeña odisea vital, de las que va aprendiendo casi sin darse cuenta. Una fábula que ensalza la libertad de cada hijo de vecino, personas mayores incluidas, por supuesto, que denuncia la exclusión social de la vejez que, aunque ya no produzca (en términos económicos), sí que tiene mucho todavía que aportar, básicamente lo más intangible.
Pues transitando este matutino, fluyendo paso a paso, casi que llegamos a su final, antes del culmen de los besos y abrazos, con estas citas de sabiduría ajena:
- "De vez en cuando camina hacia atrás por los senderos de los deseos. Monta la vida a pelo y disfruta el viento en la cara de lo imprevisto". (Juan José Benítez).
- "No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche". (Khalil Gibran).
- "La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el ensayo de un camino, el boceto de un sendero". (Hermann Hesse).
Besos y abrazos,
Don.
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