lunes, 9 de junio de 2025

Matutino que se coloca, en trance, y va de aquí para allá

¡Buenos días!

Muchos días ha que dejamos el paraíso térmico (por lo que a mí respecta) y con subidones y bajonas vamos directos al infierno de la canícula veraniega, si es que hoy no lo estamos ya con estos 37ºC de máxima que se prevén por los madriles, y más allá, orbitando la cuarentena, cuanto más al sur queramos descender, con cuidado de los delirios casi lisérgicos que tanta calorina provoca en nuestras entendederas. Por lo demás, me coloco con otro de mis matutinos, o en su interior, en sus intimidades, tratando de conectar espiritual o anímicamente, lo que las más de las veces consigo.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Sirat" (2025), de Oliver Laxe, y con Sergi López, Bruno Núñez Arjona, Stefania Gadda, Joshua Liam Herderson, Richard Bellamy, Tonin Janvier, y Jade Oukid. Acaba de ganar el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes, y es la cuarta película de su director, de quien había visto sus dos anteriores más recientes, "Lo que arde" ("O que arde", 2019) y "Mimosas" (2016).

Un hombre y su hijo pequeño llegan a una rave en un lugar perdido en las montañas de Marruecos. Busca a su hija mayor, que desapareció en una de esas fiestas sin fin hace varios meses, y van repartiendo pasquines con su fotografía y teléfono de contacto entre los asistentes, gente extraña en estado de trance al son de la sincopada música electrónica y embebidos de estupefacientes. Llega el ejército y los desaloja, pero un pequeño grupo de ellos se escapa y se dirige hacia otra fiesta clandestina, mucho más al sur, en el desierto, en la frontera con Mauritania, y padre e hijo les siguen, con la esperanza de encontrarla allí.

Buena película (nota: 6) que me atrapó básicamente por la envolvente fascinación visual y sonora que me indujo (un consejo: debería verse impepinablemente en sala oscura de cine, pues la experiencia será mucho más inmersiva), muy magnética, más de sensaciones atmosféricas que por lo que nos cuenta o quiere contar, que siempre te sorprende con lo que va ocurriendo a cada paso, aunque mi trance con ella no fue pleno. La película comienza con una frase explicativa del título, pues Sirat, en el islam, es el puente que une el infierno y el paraíso, más fino que un cabello, más afilado que una espada. Para luego seguir con el tortuoso tránsito vital del padre en su desesperada búsqueda de la hija, más interior que físico, acompañado de unos personajes marginales, tan mutilados, de una u otra manera, como él mismo, gente herida físicamente o con el alma rota, que rehacen su vida con su nueva familia, siempre al filo del abismo.

Pues llegó el momento de entrar en trance con la sabiduría ajena, con estas citas que aquí os coloco y que me fui encontrando por ahí:

 - "Todos somos viajeros en el desierto de este mundo, y lo mejor que podemos encontrar en nuestros viajes es un amigo honesto".  (Robert Louis Stevenson).

 - "Muy pronto me di cuenta de que un viaje nunca nos lleva lejos a menos que se extienda dentro del mundo que nos rodea y vaya a la misma distancia dentro de nuestro mundo interior".  (Lillian Smith).

 - "El camino misterioso va hacia el interior. Es en nosotros, y no en otra parte, donde se halla la eternidad de los mundos, el pasado y el futuro".  (Novalis).

 - "Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos".  (Fernando Pessoa).

 - "En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días".  (Sealtiel Alatriste).

Besos y abrazos,

Don.

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