viernes, 27 de junio de 2025

No es matutino todo lo que reluce

¡Buenos días!

Reluce el sol, tanto que la máxima para hoy llegará a los 37ºC por los madriles, según las previsiones. Tórrido verano de nuevo. Para algunos será bueno, estarán a gusto, pero yo me conformo con menos, e incluso sueño quiméricamente con mucho frescor, que con la mitad de grados de termómetro, o incluso algunos menos, me bastaría para ser rico en confort térmico. El que sí que reluce es este matutino, gracias al sol que ahora mismo asoma por el horizonte en este amanecer, a la par que él mismo, lugar donde busco refugio, y que seguro me colmará de bienes... inmateriales, por supuesto.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La quimera del oro" ("The gold rush", 1925), de Charles Chaplin, y con el mismo, Georgia Hale, Mack Swain, Tom Murray, Henry Bergman, y Malcolm Waite. Ha sido restaurada y reestrenada con motivo del centenario desde su primera proyección. Además, me suena que también podéis verla en algunas plataformas de televisión. De este insigne cineasta, maestro y casi que pionero del cine, había visto cuando niño y adolescente montones de sus cortos que echaban en televisión por entonces, amén de algún largo que otro posteriormente. En este siglo XXI, con motivo de su reestreno por otros motivos, vi otros largometrajes suyos, como "El gran dictador" ("The great dictator", 1940), la magistral "Tiempos modernos" ("Modern times", 1936), y "El chico" ("The Kid", 1921). Excelentísimas y recomendabilísimas las tres. Y la hoy glosada, por supuesto que también.

Alaska, finales del siglo XIX, en plena fiebre del oro. Ingentes cantidades de aventureros parten hacia allí con la esperanza de hacerse ricos, muchos de los cuales fracasarán o perecerán. Por allí está un pobre vagabundo, solitario hombrecillo con bastón y bombín, perdido en una tormenta y que acaba en la aislada cabaña de un forajido junto con otro buscador de oro. Tras sobrevivir a múltiples penurias, llega a un pueblo del lugar donde conoce a una bella joven de la que se enamora.

Muy buena película en general (nota: 7), que mezcla aventura, romance melodramático y comedia, muy divertida, con momentos realmente sublimes como los míticos del baile de los panecillos, de la cena de zapato hervido, o de la cabaña al borde del precipicio, ¡antológicos!, y con otros que no tanto, básicamente los folletinescos y romanticones, la mayoría de ellos, muy tontorrones para mí, aunque quizá fueran la norma de la época. Además, me pareció algo irregular, sin fluidez, poco más que una mera colección de gags, no una unidad en su conjunto. Destila, sin embargo, cierta crítica social, muy presente también en otras obras del maestro, como al sueño americano y a esa pobreza que empuja a jugarse la vida migrando cual vagabundos y demás. Quizá no me gustó tanto debido a las grandes expectativas que deposité sobre ella o a que la vi sin encontrarme en el estado de ánimo adecuado.

Lo que es una realidad es que ya llegó el momento de las citas de sabiduría ajena, filón del que espero extraigamos todo su valor:

 - "No todo lo que es oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida".  (J. R. R. Tolkien).

 - "La esperanza no es ni realidad ni quimera. Es como los caminos de la Tierra: sobre la Tierra no había caminos; han sido hechos por el gran número de transeúntes".  (Lu Xun).

 - "Tirarle un hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está tan hambriento como él".  (Jack London).

Besos y abrazos,

Don.

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