miércoles, 26 de marzo de 2025

Inmisericorde matutino

¡Buenos días!

Parece haberse apiadado de nosotros la meteorología tras habernos estado flagelando durante tantos días con lluvias y más lluvias, y hoy sique queriendo asomar el sol por entre las nubes, en este nuevo amanecer en el que ya perdonamos tanta pasada insistencia lluviosa, que paradójicamente no mueve molino. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 16ºC. Por lo demás, tampoco hace falta que este matutino se compadezca de mi esfuerzo por crearlo, que lo hago de mil amores, cual galeote amarrado a estas teclas que van dándole forma.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Misericordia" ("Miséricorde", 2024), de Alain Guiraudie, y con Félix Kysyl, Catherine Frot, Jacques Develay, Jean-Baptiste Durand, y David Ayala. Es la primera película que veo de las de este director francés.

Tras muchos años fuera, un tipo regresa a su pueblo natal, una pequeña aldea casi deshabitada en medio del bosque, para asistir al funeral de quien fue jefe suyo, querido por él (y viceversa), el dueño de la tahona del lugar. Ha decidido quedarse unos días por allí acogido por la viuda. Allí se reencontrará, además de con el cura, con dos amigos de infancia, uno de ellos el hijo del fallecido, que no ve con buenos ojos que se quede en casa de su madre (le acusa de querer seducirla), por lo que mantienen varias disputas, incluso llegando a las manos, y más allá.

Muy buena película (nota: 7), extraña, delirante por momentos, sorprendente, juguetona y algo (gozosamente) irreverente y socarrona, que descoloca y podría incomodar a cierto sector poblacional, esta mezcla de drama rural con intriga y crimen, que mantuvo mi atención en todo momento (muy bien construida su trama un tanto dislocada), con una buena pátina de humor negro, esquinado y retorcido, con bastante ironía y retranca, amén de una empinada tranca clerical y de que el título va con segundas (y terceras y...). A través de la peripecia de su protagonista, de turbias intenciones, con cierto deje nihilista, nos habla de culpa, perdón y misericordia hacia los malos actos de los demás, y también de los misterios de la muerte, y del deseo, amoroso y sexual, a la par que los personajes tratan de aclarar los de la luctuosa desaparición de otro de ellos, todo en medio de un embrollo de mentiras y medias verdades cada vez más gordo y difícil de desentrañar, aunque todos lo intuyan o sepan, queriendo saber (y sin querer).

No nos engañemos, que ahora llega la sabiduría ajena, y tampoco me compadezcáis, que no me duelen prendas en esforzarme buscando unas buenas citas para hoy, estas:

 - "No nos hemos de dejar engañar por las malas acciones de la gente buena. Se puede ser bueno, misericordioso, desinteresado, y ser, también, capaz de una mala acción".  (François Mauriac).

 - "El que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera".  (Alexander Pope).

 - "Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aún a la justicia misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos".  (Philip Gibbs).

Besos y abrazos,

Don.

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